Personas aglomeradas en la puerta, sentadas en la escalera con una impaciencia en el rostro que da pena, porque la situación adquiere un tinte melodramático debido a las asesinas temperaturas de este año, las cuales ponen en riesgo la salud por deshidratación. Este ambiente, apreciado en Santa Ana entre Oeste y Panorama, Nuevo Vedado, se repite en muchos lugares de la ciudad.  

Foto: Tomada de Cubadebate

¿De qué se trata? Cada municipio de la capital tiene su día de entrada de medicamentos en las farmacias y por eso ellas son punto de concentración cuando se esperan las pastillas para la presión o la amoxicilina, por citar apenas dos...

Es público y notorio el compromiso de BioCubaFarma para reducir las afectaciones en la disponibilidad de medicamentos en la red de establecimientos nacional. Todo el mundo conoce que están en falta alrededor de 47 productos por carencia de materias primas: problemas con los proveedores y los bancos, circunstancias asociadas al bloqueo. Hasta aquí las razones objetivas del problema y que la población entiende.

Lo inadmisible es ver la poca capacidad de iniciativas administrativas para brindar información oportuna a los consumidores, masa humana, los cuales merecen respeto en este caso más que cualquier otro, por ser personas enfermas o atender a alguno. El país está abocado a mejorarse, a reavivar las acciones provechosas. A eso nos llama constantemente el presidente Díaz-Canel.

¿Es mucho pedirles a las farmacias, por ejemplo, ya una vez recibidos los pedidos, confeccionen una lista para que el pueblo, donde se destacan nuestros ancianos, sepa a qué atenerse y no estar expuesto a una larga espera y al inclemente sol? ¿Es tan difícil ponerse en la piel del otro, cuesta tanto trabajar bien? La solidaridad nos distingue, honrémosla.