En cada tramo del camino nos acompaña. Unas veces en medio de las diversiones, aunque la mayor parte del tiempo durante llantos y tropezones. Sí, un amigo, como ya se sabe, es ante todo extenderse solidario en épocas difíciles porque para la bachata siempre hay gente dispuesta. Pero hasta en las ocasiones festivas es mejor abrazar a ese socio probado en las escaramuzas cotidianas. Entonces la risa cómplice se disfruta más.
Nada para reconfortarnos y alentarnos a seguir como otro ser humano, y si bien las mascotas nos colman de alegría y nos enternecen con su fidelidad haciendo que nos sintamos acompañados, la comunicación social es el antídoto por excelencia contra el abatimiento porque alguien semejante puede orientarnos frente a problemas y angustias, escuchándonos pacientemente.
Y es en esa empatía donde el amigo o la amiga se convierte en nuestra extensión armónica, la cual está latente incluso cuando discrepamos, pues a la altura de las vivencias compartidas habremos creado un fuerte lazo; cada día más sólido y entrañable. Tan es así que en Cuba decimos que los amigos son parte de la familia.
Y de la misma manera que hay un Día de la Madre y otro del Padre, la Humanidad, en Asamblea General de las Naciones Unidas, estipuló en 2011, que el 30 de julio fuera el Día Internacional de la Amistad. Para los cubanos la efeméride no es muy conocida y hay quien por eso le dedica el 14 de febrero, Día de los enamorados, un pequeño espacio sentimental para aquellos compañeros incondicionales. De cualquier manera, una fecha en si no puede atesorar el vasto universo de afecto que recorre una amistad verdadera, modo diferente de darse en el prójimo al recoger los frutos de otro tipo de amor, que sin duda es ¡uno muy grande!
Interesante y agudo como siempre con notas muy Importantes. Un amor vale,la amistad vale y recordar es vivir. Gracias JK