Hay una máxima en el argot beisbolero: cuando se va ganando el juego, no se hacen cambios. Y viceversa. El reordenamiento monetario, que tiene plazos, tareas, responsables, implementación y correcciones, urgía. Sin embargo, la sociedad demanda también sacudir el árbol.
El anuncio del inicio del proceso y la publicación de los nuevos precios en la Gaceta Oficial provocaron una avalancha en todas direcciones. Bancos, tiendas y cadecas vieron crecer la bola de nieve... No escaparon a esto los registros civiles.
La falta de precisión en el enunciado de las certificaciones de matrimonio, defunción y otros documentos hizo que no pocos leyeran al pie de la letra lo que dice la gaceta: Solicitud de certificaciones: 1 250 cup. Para una comprensión exacta y no dejar nada por sentado, probablemente debió decir como el subtítulo: Certificación y legalización, lo que supondría trámites para surtir efecto en el exterior. Se habría evitado entonces la avalancha para –con toda lógica– pagar un sello de cinco pesos y no 250 veces ese valor, como se leyó.
Por doquier, hace falta un reordenamiento para poner las cosas en su lugar: que se les brinden a las personas, desde la primera vez, toda la información y posibilidades; se respete el tiempo de los demás y se eviten molestias que solo suman incomodidad a la vida cotidiana…
Son muchos los ejemplos. En el registro de Magnolia, en el Cerro, una información incorrecta hizo a una persona desplazarse hasta el tribunal cercano a Cuatro Caminos, cuando el trámite podía hacerse allí mismo; o un día de este enero, en el banco de 19 de Mayo y Ayestarán, cerca de las dos de la tarde solo se habían atendido a dos de los citados para créditos –en espera desde las siete de la mañana y sin recibir explicación–, porque los papeles no estuvieron hasta esa hora en poder de quien debía hacer el trámite; o la alta afluencia de inicios de mes hacia las Oficinas de Registro de Consumidores (oficodas), cuando la demora en la llegada de las libretas de abastecimiento desde la industria impidió en varios municipios inscribir las dietas médicas, provocando incertidumbre, molestias y alta concentración de personas, todas previsibles y, tal vez, evitables; o las largas colas en el mercadito del Cupet de 25 y G, pese a los pocos productos y muchas dependientes, según los vecinos; que en no pocos espacios estén regresando los coleros; o todos los que cualquiera de nosotros pudiera aportar…
Aunque si los nuevos salarios rinden o no está por ver, deberían implicar un cambio en la calidad de los servicios, sobre todo, aquellos que no están relacionados con disponibilidad de recursos materiales, opinan no pocos. Cualquier semejanza con la realidad está basada en quejas y testimonios de la ciudadanía.
Ver además:
Tiempo se ha tenido de sobra, para redactar, revisar, volver a redactar, volver a revisar, el castellano es tan preciso que si se quiere deja poco margen de error, pero no, esta tarea ordenamiento nació desordenada y en vez de ordenar ha creado, en muchos lugares, más que desorden caos y sólo llevamos algo más de tres semanas. Ojalá este periodo sirva de experiencia y se tenga la medida de como están las cosas que muy pocos hacen o quieren hacer lo que está normado y regido por leyes y pulula el deseo de hacer las cosas como alguien se le ocurre. Estas medidas se ve que fueron tomadas todas detrás de un buró con una baja percepción de la realidad, mucha teoría, mucha ciencia, pero poca práctica, en la vida hay infinitas variantes a una solución o problema y cada solución tiene implícito varios riesgos, y el que piensa que va a tener total control de la situación está muy equivocado. En temas económicos nadie tiene todas las soluciones, ni toda la verdad, la economía es como un ser viviente con autonomía y vida propia, por mucho que se quiera controlar, termina por controlarnos o dejarnos en la ruina.
Y?????????........ Q hicimos??????
Estoy muy de acuerdo con algo que se puntualiza en este artículo: a la población en general hay que darle todas las informaciones desde el primer día y no esperar a que se den los errores garrafales que algunos directivos con cierta potestad, cometen, el factor común de que siempre es el pueblo de a pié el único perjudicado. Si en diciembre de 2020 En la Gaceta oficial publican los nuevos salarios, entonces en enero de 2021, un trabajador se entera que su salario es menor que el descrito en la Gaceta, porque hay otra resolución que existe pero nunca se socializó?
Todavía sigo sin entender que los documentos para surtir efecto en el exterior tengan un fin recaudatorio y que se imponga la obtención de las certificaciones de notas y planes de estudio como parte del servicio del bufete, cuando debería poderla hacer el interesado y así revisar el documento que le expide la universidad para ver si hay total correspondencia por ejemplo entre la certificación de notas y las asignaturas que se describen en el plan de estudios, me parece que se hace para encarecer el trámite innecesariamente y que no se justifica.
Y que me dicen de una jamonada, que dice ser especial a 220 pesos el kilogramo, una cosa que costaba 20 pesos la libra. Eso es en el mercado del Mónaco, nadie la compra, si los particulares venden el jamón a 70 y 80 . pesos. Hay que revisar bien esos precios que no son de la canasta básica y que son tan necesarios para las meriendas que llevan los niños para la escuela o para el desayuno de cualquier otra persona.