Rendimos hoy homenaje a Juan Manuel Márquez, segundo al mando de los expedicionarios del yate Granma, que en 1956 marcó el inicio de la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista. Nacido el 18 de octubre de 1915 en La Habana, Márquez se destacó por su compromiso con la justicia social y su participación en organizaciones políticas como el Partido Ortodoxo. Su decisión de unirse a Fidel Castro y otros 81 combatientes en la travesía desde México demostró su firmeza y entrega a la causa de la libertad de Cuba.
Tras el desembarco, fue capturado por las fuerzas batistianas junto a otros revolucionarios y asesinado el 15 de diciembre de 1956, convirtiéndose en uno de los primeros mártires de esta etapa decisiva de la Revolución Cubana. Su muerte, ocurrida en la localidad de Purial, fue un crimen cobarde que no pudo silenciar su legado.
Hoy, al recordar su aniversario, honramos la memoria de Juan Manuel Márquez como ejemplo de coraje y lealtad. Su nombre permanece inscrito en la historia de Cuba como un héroe que entregó su vida por la soberanía y la dignidad de su pueblo. Al evocarlo, luego del triunfo de la Revolución, Fidel lo calificó de orador formidable, que “hacía poner en pie a la multitud con su palabra vibrante”.

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