Foto: Tomada de ACN

Condenamos enérgicamente lo acontecido con el petrolero venezolano que no es solo un hecho de piratería vergonzosa merecedor del repudio por todas las personas de bien en el mundo, es una clara demostración de que el gobierno de los Estados Unidos siente un total desprecio por las normas, leyes y tratados internacionales.

Su pensamiento imperialista y la prepotencia histórica que los caracteriza llega al extremo de considerarse, como nación, por encima de todo y de todos. Cabe preguntarse ¿cómo habría reaccionado el mundo, sobre todo el occidental, si semejante vandalismo y robo hubiese sido perpetrado por cualquier otra nación del planeta? ¿Qué habría declarado ese propio gobierno yanqui si otros incautaran un petrolero de su propiedad sin más justificación que apropiarse de lo ajeno?

El peligro que entraña este acto, junto al asesinato impune de seres humanos en aguas del caribe y la actuación sin ética y con desprecio por el libre comercio y la libre navegación, es de proporciones insospechadas, si la comunidad internacional y sus ya debilitados mecanismos de legalidad y orden, no reacciona, con toda seguridad se repetirán estas y otras acciones de semejante naturaleza, convirtiendo nuestra época en el peor de los escenarios para la convivencia pacífica y el progreso de la humanidad.