Nunca tuvimos duda del poder que tiene la verdad y la razón; de Martí aprendimos que una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército y nuestra verdad sobre el bloqueo, sobre su terrible carácter genocida y extraterritorial, pudo más que el ejército de mentiras, chantajes y groseras presiones del gobierno de los Estados Unidos, incapaz de acallar las voces de la razón y el voto mayoritario de los que no aceptan la indignidad de plegarse ante la inmoralidad de un imperio decadente.
El bloqueo está ahí, despiadado, con sus tentáculos extendido para dañar en todo lo posible, pero siempre encuentra la voluntad de resistir y salir adelante, con la misma fuerza que ahora lo hacemos después del paso del huracán Melissa.
Nuestro agradecimiento de siempre al conjunto de naciones que otra vez han dejado para la historia este resultado, que es ante todo, un desmentido a las sucias campañas contra Cuba y una demostración de que es la política yanqui la que realmente sufre de aislamiento y merece el rechazo de todos.
Es una victoria para este pueblo heroico, que enfrenta hoy momentos difíciles, pero que recibe esta noticia de los resultados alcanzado en la ONU, como un impulso para seguir adelante, sin rendiciones, ni concesiones de ningún tipo, ratificando que el cerco tiene que cesar.
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