
Aliuska labora en el servicentro Capital, ubicado en una de las intercepciones más complejas de la ciudad y en el cual repostan combustible los vehículos destinados a servicios básicos que recibe la población como las pipas de agua, coches fúnebres, ambulancias y taxis vinculados a hospitales y pacientes que reciben
hemodiálisis.
Cada día resulta tan complejo como el anterior. Las temperaturas altas conducen a manifestaciones de mal humor y de impaciencia entre los chóferes; sin embargo, hace que todo fluya con su sonrisa y buen trato,
en medio de los avatares de la jornada y sin distinción realiza su labor de forma consecuente, rigurosa y ordenada.
Así funciona este lugar donde Aliuska no es una excepción, sino la manifestación reiterada del trato
consecuente y respetuoso que ofrecen sus compañeros.
Resulta que estos ejemplos, funcionan como referentes de los detalles que ayudan a vivir. Me refiero a la educación –como parte de los valores que debemos defender y proteger– tan necesarios en momentos en
los cuales observamos la conducta inapropiada que muestran otros cuando algún cliente solicita el trato correspondiente al respeto que merece.
Muchas veces hacemos referencia a una frase del Concepto de Revolución ofrecido por Fidel como legado
a nuestro pueblo. Debemos cambiar todo lo que deba ser cambiado; pero debemos comenzar por cambiar las
actitudes agresivas y todo aquello que atente contra las normas de convivencia social y terminen por crear
una especie de “metástasis” del mal, sobre la unidad que nos concierne defender como un derecho alcanzado para compartir entre todos.
Otras informaciones: