Vivimos uno de los meses más concurridos –por evocaciones necesarias de pasajes históricos vinculados con la forja de una nación–, en el largo proceso de independencia para sostener la soberanía y la identidad; frente a las influencias mediáticas cuyos objetivos se proponen socavar las bases de un pensamiento de unidad imprescindible para continuar la construcción de una sociedad socialista y sustentable.
El pasado 7 de abril repasaba una entrevista realizada al Maestro Hugo Oslé, director del proyecto juvenil comunitario Academia Mariana de Gonitch, la Diva de San Petersburgo, que se hizo oficial en homenaje a la heroína Vilma Espín Guillois, defensora de la formación de los valores de la Revolución en los jóvenes y de la necesidad, impostergable, de sostener su vínculo directo con los procesos culturales e identitarios de la nación cubana a partir del triunfo de la Revolución.
Recordaba Oslé una de las presentaciones realizadas por la Academia Mariana de Gonitch en la histórica esquina de 23 y 12, donde fuera declarado el carácter socialista de la Revolución Cubana por el Comandante en Jefe Fidel durante el entierro de las víctimas del criminal bombardeo perpetrado por aviones norteamericanos contra las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, como preludio de la invasión por Playa Girón.
“Defendemos no solo los clásicos de la canción cubana, sino la canción patriótica como un recordatorio especial en la formación de sus jóvenes intérpretes”, aseguró; mientras evocaba las palabras del Doctor Eusebio Leal Spengler: “Escuchar a los jóvenes de la Academia de Canto Mariana de Gonitch es un acto de fe y veneración a la Patria”. Ese legado nos muestra la esencia del camino que construimos.
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