
Pido permiso a Brecht en esta noche de pálpitos y contradicciones, para asegurar que también hay mujeres que luchan un día y son buenas, que hay otras que luchan un año y son mejores, que las hay que luchan muchos años y son muy buenas, pero hay algunas gloriosas hijas de Mariana, que luchan toda la vida y son imprescindibles.
Soy afortunada por conocer a varias, pero hay una que se me antoja paradigma, una mujer imprescindible, de esas que entran a tu vida y te la cambian para siempre: con su ejemplo, su conducta, con su historia. Esa que tú llevas para siempre contigo, para llenar los espacios vacíos que nos regala la nostalgia del retiro o de la partida a cumplir nuevas tareas.
A ti que aprendiste del Che que los jefes deben dejar la puerta abierta para que entre el calor y se mantenga la comunicación con la tropa; a ti que aprendiste de la ternura de Celia para atender los problemas de cada uno de tus trabajadores y familiares; a ti que aprendiste de Vilma la sonrisa sincera y la calma necesaria, aun en los peores momentos. A ti que aprendiste de Fidel el oficio de la palabra y las cualidades de un líder revolucionario.
A ti que, sin importar el riesgo de enfermar, no faltaste un solo día a tu combate contra la COVID-19, asegurando la información necesaria para nuestra población, enfrentando las noticias falsas y la infodemia. A ti que garantizaste cada reportaje para poner en alto el nombre de esas otras imprescindibles que, como tú, hacían patria cada día, pero desde los servicios de Salud.
Por eso, este Día de las Madres, quiero que llegue a ti una felicitación especial, por todo lo que has significado para cada uno de tus compañeros, por todo lo que aprendimos a tu lado como jefa, como persona, y como esa inmensa madre que eres, por ser ese ejemplo en el que queremos mirarnos en cada faceta de la vida.
A ti, mambisa de las letras, combatiente eterna al pie del horno de las ideas; a ti maestra de las palabras y de los hechos, fecunda agricultora que llenaste nuestros surcos de palabras, de pensamientos, y de hechos. A ti seguidora de Mariana, de Leonor, de Vilma y de tantas y tantas mujeres dignas de Cuba… Felicidades.
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