
Basta escuchar, entre los múltiples sonidos de la ciudad, el uso diverso de variantes de la lengua materna, que van desde las dislalias regionales hasta las más recientes formas de expresión local. De esta forma sonora se perfila la comunicación oral entre mis conciudadanos.
Hablar correctamente permite establecer el puente de comunicación sin interferencias en lo que se ha de llamar diálogo, lo cual manifiesta el respeto a las normas del lenguaje y la fluidez de lo que se quiere expresar, por ejemplo, cuántas veces hemos escuchado a dos jóvenes conversar en una especie de dialecto callejero que “nos deja bota´o”, tal y como diría cualquier muchacho.
No se trata de establecer patrones esquemáticos en la forma de hablar y mucho menos que respondan de forma exclusiva a lo dictado por la Real Academia de la Lengua Española. De hecho, en cualquier ordenador ya están programadas las diversas formas del español de acuerdo a los países.
La defensa de las formas correctas al hablar, protege al idioma como patrimonio; y aunque sea nuestro ajiaco caracteriza e identifica a los hijos de nuestra nación.
Evoco un pasaje jocoso ocurrido en un ómnibus, durante los años 80, que me contara mi madre. Una catedrática rusa de la Facultad de Filología de La Universidad de La Habana, escuchó cuando al chofer le gritaron: Asere déjame aquí… entonces ella con mucho respeto le dijo al chofer: “Asere monina, por favor déjeme aquí “y, en la guagua retumbó el choteo cubano.
Son múltiples los caminos de la lengua por donde podemos andar, ejemplo elocuente lo anterior expuesto. Debemos reflexionar en familia y desde la familia, pero no un día, sino cada día, este debe ser nuestro legado en la preservación de la herencia cultural recibida.
Defender nuestro idioma, la lengua nativa, su cuidado y uso correcto, contribuyen a mantener las tradiciones de un pueblo como elemento de identificación cultural. Lo advertía el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, la lengua española tiene que prepararse, es un derecho histórico.
Vea tambíén:
Bondad y humildad, valores que se deben preservar