
Apenas tuvo lugar el estreno, hace más o menos cuatro o cinco años, el cajero automático instalado en el bodegón, en calle Carlos Núñez, casi esquina Quinta, Aldabó (Boyeros), no quedó dudas de que estaba llamado a ocupar un lugar relevante en la vida de los habitantes de la barriada.
Primero solo fueron los más jóvenes, pero cuando hubo de demostrar que ahorra la caminata de los dos o tres kilómetros a cubrir hasta las dos sucursales bancarias más cercanas, evita las tan largas como frecuentes colas que sus servicios suscitan, unido al ofrecimiento de operaciones más cómodas, seguras y –como quien dice- al alcance de la mano, hasta los menos avezados en el uso de las nuevas tecnologías se las arreglaron, y ya prácticamente todo el mundo quiso disfrutar de sus beneficios.
En tres palabras: modernidad, síntesis y excelencia. Pero vayamos al grano. Si bien la trinidad no llegó nunca a completarse, en tanto el cajero funcionaba tres días sí y dos no, el “aparato” hacía el regocijo de los vecinos del barrio, la nueva comunidad militar aledaña, y también los combatientes y trabajadores de dos unidades militares, cercanas, quienes sorteaban las intermitencias, y aplaudían la luz, aunque sin dejar de mostrar inconformidad con las manchas.
Sin embargo, un buen día, más exactamente desde noviembre, el cajero fue abandonado a su suerte y pasó de muy socorrida modernidad a triste adorno, cuya inoperancia crea malestar y molestias, sobre todo en los muchos abuelitos y abuelitas que viven en la comunidad, obligados a largas caminatas y colas interminables, cuando precisan del dinero de sus pensiones, resultado de toda una vida de trabajo.
No pasa un solo un día en que cuatro o cinco vecinos del barrio detengan mi paso para convidarme a alzar voz en defensa del rescate del vilipendiado cajero, y lo hacen con la creencia de que tal vez le extendieron el certificado de defunción, sin hacerlo público, y después que eran muchos quienes habían aprendido a quererle y ahora, cuando en medio de una pandemia (favorecida por colas con aglomeraciones) más hacía falta.
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Qué pena, ojalá lo reparen!!
Saludos. Efectivamente el cajero # 343 se encuentra fuera de servicio. Puedo exponerle como se ha hecho en muchos medios la situacion existente con los equipos obsoletos pero le aseguro q la voluntad del banco es mejorar el servicio en cada zona identificada. Siendo asi en 2017 cuando recibimos lis ultimos cajeros q entraron al pais teniamos la propuesta de sustituir este equipo pero al tener una mediana operatividad decidimos dejarlo e incrementar el nuevo en esa misma zona. Fue ubicado en un espacio con apoyo del delegado en el mercado de calle 13 y aldabo, que si bien no es tan cerca, al menos se ubica en la misma zona aproximadamente 7 cuadras. Desde esa fecha y hasta noviembre como usted refiere ambos cajeros han brindado servicio alli. Infelizmente la pieza q se rompio al cajero 343 en noviembre no tiene sustitucion. Ya no contamos con ella. Ese es el motivo por el que se encuentra fuera de servicio.
Una queja válida. Es cierto que estas cosas suceden con los cajeros y las afectaciones que trae, sobre todo a nosotros, los ancianos y ancianas. No siempre los esfuerzos traen buenos resultados y considero positiva su denuncia, única vía para que se resuelvan.