En la foto, aparece en el extremo izquierdo Donis Pablo Coutín, a la derecha, Carlos Llanes y al centro Rosa Cecilia Calzado, presidenta de la Sociedad de Ingeniería Mecánica, Eléctrica e Industrial, de la UNAICC Foto: Elías Argudín Sánchez


Los prestigiosos especialistas habaneros Carlos Llanes Burón y Donis Pablo Coutín Correa han puesto en alto el prestigio de la capital, al traer para sus predios, dos de los cuatro premios nacionales Vida y Obra, otorgados por la Unión Nacional de Ingenieros y Arquitectos de la Construcción de Cuba (UNAICC), correspondientes a las ingenierías vinculadas al sector, en su edición 2019.

Llanes Burón y Coutín Correa comparten sus pergaminos con el camagüeyano Rafael Larrúa Quevedo, el primero, y el santiaguero Fernando Guasch Hechevarría, el segundo, por las Sociedades de Ingeniería Civil (SIC), y la de las Ingenierías de las Geociencias y la Química (SIGEQ), aplicadas a la Construcción, respectivamente.

De tener en cuenta que ya de por sí ser nominado es meritorio y que del total de los 22 tomados en cuenta, cuatro resultaron ser del territorio, y finalmente dos de ellos galardonados, resulta innegable que La Habana se reafirma como una plaza fuerte en el quehacer y los resultados de los profesionales de la actividad, la cual incluye además la Hidráulica (SIH) y también Mecánica, Eléctrica e Industrial (SIMEI).

En virtud de la calidad y trayectoria de los candidatos, los jurados creados para evaluar la cantera en los casos de la SIH y la de SIMEI también compartieron reconocimientos, los cuales fueron a parar a manos de Dr. Albi Gregorio Mujica Cervantes (Ciego de Ávila) y Bartolomé Morales Cervantes (Holguinero), además del Dr. Modesto Armando Ángulo Aguilera (Holguín) y Eduardo Antonio Agüero Pérez (Holguín), en uno y otro caso.

Tanto Carlos Llanes Burón y Donis Pablo Coutín ostentan la categoría de Doctores y al igual que el resto de los ingenieros propuestos y premiados, exhiben una ejecutoria profesional de largo aliento con aportes que han marcado un antes y un después, a lo cual se une la contribución en la formación de las nuevas generaciones y el haber merecido antes el Premio de ingeniería Vida Obra, a instancia provincial.

Esta vez, en el marco territorial, el reconocimiento fue a parar a manos de la Dra. Ingeniera Lissete travieso Córdoba, en la categoría de la Geociencia y la Química; Margarita Rosa Fontava de los Reyes y Amneris Carrera Rodríguez, por Hidráulica; y en el caso de la Ingeniería Civil resultó estimulada, Fé Esperanza Pérez de la Fuente.

Los Premios Nacionales a la Vida y la Obra de las Ingenierías se entregan desde 1996, como parte de las actividades conmemorativas por el Día del Ingeniero cubano, que se celebra cada 11 de enero, fecha que marca el nacimiento de Francisco de Albear y Fernández de Lara (1816-1887), quien fuera, en su tiempo, ingeniero de primera línea, lo cual le valió para integrar “prestigiosas organizaciones académicas y de gobierno”.

Autor, además, de más de 50 proyectos, varios de ellos premiados. “Su obra más conocida es el acueducto que lleva su nombre en La Habana, premiado en la Exposición Internacional de Filadelfia, en 1876, y en la de París, en 1878, y considerada una de las siete maravillas de la ingeniería civil de la Isla.