El hombre vive a solo dos casas y llegó muy efusivo hasta donde estaba la pequeña. Extendió el brazo con el puño cerrado para saludarla, pero ni esa ceremonia a determinada distancia permitió la madre. Hizo muy bien. Ni el vecino se puso bravo por eso.
¿Sabe usted qué cantidad de niños están ingresados por padecer la COVID-19 en La Habana?... En las últimas jornadas la cifra alcanza los 500, de ellos alrededor de 30 menores de un año.
Se trata de una epidemia muy virulenta y las cepas que predominan en esta etapa son mucho más agresivas, no entienden de edades.
Por eso, resulta insuficiente cualquier medida de protección que tomemos para alejar la epidemia de los infantes.
Esa enfermedad deja secuelas irreversibles en el organismo humano. Me comentaba una colega, que su hijo adolescente la sufrió y dos meses después, aún sufre mareos y dolores de cabeza esporádicos, lo cual demuestra que algo no anda bien con su salud.
Debemos evitar que los niños en los hogares permanezcan en lugares donde recibimos visitas. Aunque el llamado de especialistas es a tratar de interrumpir por el momento, esa costumbre cubana de llegar al encuentro de amigos y familiares en sus viviendas.

Hay que preguntarse, ¿cómo se contagia un bebé menor de un año, si no es con las personas que amablemente vienen a conocerlo, sin saber que son portadores de la pandemia?, ¿por qué los padres conociendo las actuales restricciones exponen a sus pequeños de esa forma?
La mayoría de los contagios de niños hoy ocurren dentro de las casas.
Es imprescindible ser más prudentes y si ustedes llega del trabajo o de algún otro sitio, antes de besar o cargar al hijo, sobrino o nieto, primero báñese, cámbiese la ropa, tome todas las precauciones porque el virus, además de muy agresivo, es también invisible.
Desde hace más de un año imperan restricciones por el azote de la COVID-19, pero hasta que logremos vencer a la epidemia, hay que evitar que niños y adolescentes salgan a las calles. Es importante proponerles alternativas de entretenimiento y superación en las casas, pero a la vez, debemos convertir cada vivienda en una fortaleza impenetrable, inquebrantable, donde tengamos a buen recaudo a las personas más importantes del mundo: nuestros niños.
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Pero todavia existe mucha indiciplina por parte de un sector del pueblo y mucha falta de exigencia de las autoridades,
pero aun hay mucha indiciplina por un sector de la poblacion y falta de exigencia por parte de las autoridades