Decía el Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, que es el periodismo el mejor oficio del mundo; aunque tal vez como nadie lo explicara José Martí, quien, en su empeño de echar suerte con los pobres de la tierra, hiciera un arma del periodismo, con ejercicio exquisito, que le situara en el lugar más relevante entre los mejores cultivadores, de todos los tiempos, en lengua castellana.

Como dijera el Apóstol en las llamadas Escenas mexicanas, publicadas en la Revista Universal (México, 1875): “Tiene la prensa periódica altísimas misiones: es la una, explicar en la paz, y en la lucha fortalecer y aconsejar; es la otra, hacer estudio de las graves necesidades del país, fundar sus mejoras y facilitar la obra de la administración que la rige”.
En consecuencia, con el papel de soldado y el peso que el más grande de los patriotas, revolucionario e intelectuales de la Isla, le confiriera a la prensa, fundó Patria -el 14 de marzo de 1892-, un periódico “especialmente alto y hermoso”, instrumento político de singular eficacia, consagrado a la época independentista, enfrentado a las numerosas vicisitudes que podían obstaculizarla.
De periódicos y periodistas atrincherados en la tribuna de la verdad, en larguísimo batallar por conquistar la independencia, primero, y luego, por preservarla, está llena de ejemplos la historia cubana: Félix Varela, Juan Gualberto Gómez, Nicolás Guillén, Raúl Roa, Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez, Fidel Castro Ruz…
Toca, ahora y todavía, desentrañar la compleja realidad desde la integración entre la profundidad del pensamiento, la belleza de las palabras y la ética impecable de la conducta.
Imprescindible la forma, sí, pero después de poner por delante contenido, transparencia en los modos de conducirse y compromiso. Solo así habrá de superarse la prueba del tiempo en lo personal y garantizar, en materia de proyecto-país, la supervivencia de los sueños de quienes, a pesar de los pesares, hemos apostado por mantener esta porfía heroica que es la Revolución, a escasas 90 millas de su archipoderoso enemigo.
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Pienso q los periodistas cubanos son excelentes profesionales en su labor, pero pienso q se exceden en cuanto a redacción se refiere, adornan con un lenguaje tan exótico sus publicaciones q en la mayoría de los casos tienden a aburrir al receptor con lo q podría ser un buen tema o comentario periodístico, acuérdense q tiene q haber un equilibrio en el producto q ofrecen al receptor culto y el q menos.