En días recientes tuve la necesidad de llamar telefónicamente a dos entidades estatales de la ciudad. Mi intención quedó frustrada en ambos casos, pues en ninguna de las dos ocasiones nadie contestó nunca el teléfono. 

En ocasiones esto ocurre en algunos centros laborales, incluso en los que prestan servicios a la población; de hecho me he encontrado en algunos de ellos y veo como los trabajadores están haciendo otra cosa y no atienden las llamadas. 

Quienes contactan con estos lugares tienen necesidad de información, a veces por esta vía resuelven sus problemas y no tienen que trasladarse hacia el lugar en cuestión. 

Con el creciente aumento de la COVID-19, es importante evitar que las personas tengan que trasladarse de un lugar a otro y a veces con una simple llamada telefónica esto se hace posible. 

En contraposición con esta situación, hay entidades que sí responden adecuadamente y en la mayor brevedad posible, pero muchos centros no lo hacen, creando esto una gran insatisfacción en la población. Esperamos que las administraciones de estos últimos tomen medidas en relación con esta situación.

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