En Ayestarán y San Pedro estaban instalados dos cajeros automáticos. Es verdad que las condiciones, tanto de seguridad de los equipos como de los clientes, eran malas, el aspecto pésimo y cuando hacía mal tiempo no había como guarecerse; pero casi siempre al menos uno de ellos cumplía su función principal: dar dinero en efectivo.

Hace unos meses, fueron trasladados ¡una cuadra! (Ayestarán y Tercera). Ahora tienen las mejores condiciones, un buen local, confort y belleza exterior, pero al final han dejado de cumplir su objetivo principal, al no poder los clientes casi nunca, por no decir nunca, extraer dinero.

A uno de ellos le falta el teclado, el otro cuando no tiene comunicación, no tiene dinero o no puede hacer su entrega.

Cuando se van a efectuar estos cambios, como ha planteado nuestro Presidente, ¿no es para que queden en mejores condiciones?

No es un problema que tenga que resolverse esperando algo del exterior, es un problema nuestro, de dejadez, de descuido, de indolencia, porque si antes –a una cuadra– funcionaban, ¿cómo ahora no?

Esperamos que esta situación, que le crea una enorme molestia a gran parte de la población existente por los alrededores, tenga pronta solución.

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