Cuestiones fundamentales están sobre el debate público con la llegada del “día cero” para el inicio de la unificación monetaria y cambiaria. Sin embargo, es mucho más que un cambio de moneda -como popularmente se expresa- al describirse la eliminación del CUC y la prevalencia del CUP que deberá ser devaluado hasta que la propia correlación de los precios en el mercado, condicionados por el desarrollo de las fuerzas productivas, le devuelvan su total vitalidad.
Es mucho más, como explicó Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos. Se trata de un proceso complejo a través del cual se definen otros asuntos fundamentales: su impacto en la economía y en la sociedad para garantizar la implementación de la denominada Tarea ordenamiento.
No pueden definirse de forma casuística mediante el enunciado de la suma de factores de un análisis, donde prevalece la voluntad de especialistas en búsqueda de una respuesta a la urgencia de resolver las distorsiones, generadas por una práctica de muchos años, que dañó (sustancialmente) la infraestructura mediante la cual se definía el salario como principal motivación para garantizar la satisfacción de las necesidades de cada ciudadano, de la familia, en nuestra sociedad.
No obstante, aseguran que será un proceso de cambios profundos, consecutivos y de los cuales tendremos toda la información necesaria como se ha previsto. Considero que, en medio de la grave situación de crisis internacional, el Estado cubano ha mostrado –una vez más- su capacidad para enfrentar una situación extremadamente difícil; sin aplicar medidas de choque que pudieran dejar desprotegido lo más preciado: el bienestar de nuestro pueblo. O sea, no estamos frente a una receta capitalista de cómo precisamos reordenar las capacidades y potencialidades de una nación que cuenta entre sus invaluables recursos, un alto nivel de instrucción y preparación profesional de sus ciudadanos.
De ahí la importancia de los encadenamientos de producción local y el estímulo de empleo de la materia prima nacional como una forma de reducir los costos de producción, elevar el precio de estos recursos materiales y hacerlos más competentes no solo como respuesta a generar exportaciones y reducir importaciones, sino de un cambio en la mentalidad de quienes administran la generación de estos bienes, e incluso los servicios, y sobre todo, la confianza y la unidad del pueblo como principal garante de los criterios que fundamentaron el debate popular previo a la preparación de los Lineamientos.