La llamada telefónica de un lector a la dirección de un periódico casi siempre trae la inquietud de las urgencias. Esta vez, el tema relacionaba una publicación en nuestra página web, realmente muy concurrida, en la cual se publicó la nota: Cimex informa sobre cierre gradual de tiendas online. Sin embargo, del otro lado de la línea aquel insistía en que Tribuna de La Habana, debía modificar la nota ¡¿…?!, y exigía aclarar que las compras realizadas antes del cierre temporal serían respetadas.

Por supuesto, los comentarios acerca de las tiendas virtuales abundan desde lo crítico acérrimo, hasta la búsqueda de soluciones, mediante alentadoras sugerencias de la población que debieron tener en cuenta, explorar (o sea, realizar un estudio de mercado) y, por suerte, está en curso de materializarse como lo afirman Cimex y Caribe, entidades responsables. No obstante, considero que la propuesta de extender el comercio a la variable online tiene una correspondencia directa con la satisfacción de las necesidades de la población y llegó para quedarse.

Debemos tener en cuenta una verdad incuestionable: esta variable de mercado colapsó por la alta demanda de solicitudes en operaciones virtuales cuya rapidez, al hacer las compras y efectuar el pago, no se correspondía con las disponibilidades técnicas para hacerlas llegar al cliente en un tiempo que no excediera la paciencia y despertara un verdadero tsunami de incomodidades en medio de las expectativas generadas por la propuesta (una invitación a no estar en largas y demoradas colas) en medio del aislamiento social y con el bote lleno, como decimos los cubanos cuando hacemos referencias a todos en casa, fiñes, adolescentes, jóvenes, abuelos y no solo el gato…

El esfuerzo para garantizar el transporte de las compras y llevarlas a los clientes, es un acertijo que nunca podré descifrar sin tener en cuenta la evaluación de pérdidas por cuestiones de ingresos (lo supongo), devoluciones, inconformidades, entre otras, además de la cuestión transporte. Cimex y Caribe debieron alquilar vehículos de otras empresas como Cubataxi o TaxiCuba, créanme no les debe haber resultado barato y cruzo los dedos para que cuando se restablezca el servicio, también se mantengan los precios razonables de traslado de las mercancías hasta las viviendas de los solicitantes. Entonces cuando suene el timbre… quizás del otro lado de la línea alguien nos escuche y podremos canalizar, como nos corresponde, sus opiniones.