No fue la primera vez que alguien me inquiría sobre mis intenciones, al verme realizando entrevistas o tomando fotos, en plena calle. Recuerdo meses antes, durante las ventas de uniformes escolares, haber respondido a la inquietud de uno de aquellos padres en la cola: —Y tú, ¿eres de los buenos o de los malos? – la pregunta me tomó por sorpresa y durante unos segundos no supe qué responder, pero luego de un breve cálculo mental decidí asegurarle que yo pertenecía (sin duda, ni titubeo) al bando de los buenos.
Asumí que se refería, con esto, a los periodistas comprometidos con la buena salud del sistema que defendemos, aquellos que apoyan con su quehacer diario la idea de una Cuba cada vez más actualizada, más próspera… donde el enfrentamiento a los desafíos sociales sea de frente, diáfano, siempre constructivo y no agazapado en modernas formas de reproducir el viejo anhelo de ver sometida nuestra independencia. Respondí con gusto sus preguntas sobre a qué medio pertenecía, entre otras, porque en su rostro vi la expresión del pueblo, identificado con la necesidad de reflejar con objetividad el acontecer del país.
Sin embargo, hace algunos días me encontraba frente al edificio López Serrano, una joya de la arquitectura del Vedado, y aproveché la oportunidad de hacer un par de fotografías que podrían luego ser útiles. Fui entonces abordada por un señor que realizaba labores de jardinería en la institución hospitalaria al frente del inmueble. Llamó mi atención de lejos, sin acercarse, y con el tono necesario para ser escuchado desde esa distancia (alto, por supuesto) dijo querer saber para qué quería yo esas fotos.
Las respuestas hubieran podido ser muchas: para trabajo, por placer, razones personales y sentimentales, porque me había gustado el edificio o solo porque quisiera… Pero, sin excesos o defectos de amabilidad, le respondí que soy periodista y continué haciendo aquello que también forma parte de mi trabajo.
Eso ocurre muy a menudo en el ejercicio de nuestra profesion ,acostumbrate . te prequntan , te interrogan , te miran de arriba a abajo como si fueras un ET.
Buen comentario, Claudia. A veces, estar en el bando de los buenos lo convierten en difícil. No haría falta dar explicaciones porque la verdad se explica sola. Pero solemos convertir lo fácil en difícil y, a la verdad, entonces, se le hace difícil encontrar quién la escriba. Como a cierto coronel. No es tu caso. Veo y leo que saliste airosa, vencedora, dando una respetuosa y buena respuesta. Después, otras palabras estarían sobrando. Periodista y ya. O lo que es lo mismo: Periodista, ¿y qué? Saludos, tu colega, Liset.