Cuando se cumplen 12 años de su desaparición física, Vilma Espín continúa presente entre los cubanos, es recordada con cariño y respeto.
Fue una de esas grandes mujeres con las que la Revolución contó para edificarse y salir hacia adelante; habiendo nacido el 7 de abril de 1930 en la provincia de Santiago de Cuba pronto aprendió los esenciales valores humanistas que hicieron de ella una defensora incansable de los desprotegidos y discriminados.

Según la recuerda Asela de los Santos en su libro Vilma, una extraordinaria vida, la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas rechazaba los lujos y las banalidades, poseía un profundo sentido ético así como sólidos principios morales, era una líder natural y un ejemplo a seguir.

Participó en manifestaciones estudiantiles tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 del dictador Fulgencio Batista, de acuerdo con historiadores, colaboró con el líder revolucionario Frank País en las organizaciones que operaban en la región oriental de Cuba contra la dictadura batistiana, hasta que se sumó al Movimiento 26 de Julio.

A partir del triunfo revolucionario en 1959 entregó su vida a la lucha por la emancipación de la mujer, por su inserción en las dimensiones públicas y fue así, en ese empeño que nace la Federación de Mujeres Cubanas el 23 de agosto de 1960.
También integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación en 1965, fue diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado.
Vilma presidió además las comisiones parlamentarias de Prevención y Atención Social, así como la de la Niñez, la Juventud y la igualdad de derechos de la Mujer.
Recibió diversas condecoraciones entre las que se encuentran el título de Heroína de la República de Cuba, la orden Ana Betancourt y la Francisco de Miranda, de Venezuela; otorgada por Hugo Chávez.
Sus restos descansan en el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, lugar histórico ubicado en la montaña de Mícara, al oriente de un país que no la olvida.