Poco menos de un mes separa a La Habana de la fiesta por sus 500 años; ese momento para el cual tanto se ha trabajado, volcando, multiplicados, recursos y tiempo.
Por eso no son de extrañar las muchas personas procedentes de diversos países que han confirmado su presencia el próximo noviembre, para el cumpleaños de la más real y maravillosa de las urbes caribeñas. Con ellas llegarán los ojos del mundo; unos llevando lentes de amor, otros de curiosidad…
Y es que La Habana no es una ciudad más, sino la capital de un país en resistencia, símbolo de la apuesta por un sistema social justo y equitativo en cuyo perfeccionamiento aún se trabaja. Serlo compromete a los habaneros con la responsabilidad de representar a Cuba desde un espíritu inclusivo para continuar siendo ese lugar, con nombre de pueblo, que mientras más se conoce, más se respeta.
El 500, aniversario y pretexto, haló las sábanas de los perezosos que pretendían continuar su eterna siesta de inercias, sonó las cornetas que llaman al trabajo en los oídos más indiferentes y movilizó a los habaneros en un único propósito: la belleza.
Queda aún mucho por hacer pues como se ha expresado, las cosas se hacen bien hasta el final, no solo para cumplir planes y habrá en consecuencia, quien trate de echar sombras sobre lugares que hoy resplandecen o pronto lo harán.
Pero, ciertamente, el penúltimo mes del año recibirá al mundo en la casa azul de todos los cubanos y habrá música y luces surcando el cielo. Entonces La Habana se volverá al firmemento con la cara lavada, sin maquillajes excesivos, confirmando su elegancia y sobriedad. Y es que ella no es una ciudad más, quienes la viven lo saben y quienes la visitan lo hacen bajo el imperativo de comprobar con manos y corazón propios sus bondades y hermosuras. Así será.
Coincido con Usted, La Habana no es una ciudad más. Y es muy justo que Usted señale la resistencia que ha demostrado el pueblo. Si alguien dudaba del daño que hacía el bloqueo, las medidas que han aplicado en los últimos meses no dejan lugar a dudas. Y también su llamado a cuidar las obras terminadas. Aquí, yo propongo que Tribuna dedique a partir de ahora una sección a darle seguimiento a esas obras, porque como Usted dice "habrá quien trate de echar sombras sobre estos lugares", pero "esos lugares" todos tienen una administración que son los responsables de que esas sombras no aparezcan. Y si son rentados a privados, quitarle la licencia. A veces, somos muy paternalistas. Y Tribuna podría hacer un periodismo de seguimiento a esos lugares, porque Usted tiene razón: lo que se ha hecho por el 500 debe perdurar. Gracias.
Hola Jorge, definitivamente estamos de acuerdo... La Habana y los habaneros, por supuesto, tenemos ahora la responsabilidad de cuidar lo hasta el momento realizado y continuar avanzando hacia los espacios que necesiten remodelación y otras intervenciones a su favor. Tribuna de La Habana ha mantenido informado al pueblo capitalino a cada paso de este abarcador plan de obras y por su probada vocación lo continuará haciendo. Todos, desde nuestras labores y quehaceres ayudamos a hacer de nuestra ciudad un mejor lugar. También contamos con usted.
Hola Jorge. Como profesional de la prensa me alegra muchísimo leer su comentario. Coincido con usted en la necesidad de poner especial atención al cuidado y protección de todo cuanto se ha hecho en función del 500. Nuestro periódico en sus ediciones, digital e impresa, ha estado informando sobre cada detalles en relación a las obras y proyectos y por su probada vocación seguirá acompañando al pueblo capitalio desde su lugar en la batalla por una ciudad mejor. Como se ha dicho en otras ocasiones el 500 no acaba el 16 de noviembre sino que se extiende y el próximo tiempo será tan valioso como el de construir: ese será el de preservar. Saludos
Estoy ansiosa por ver a La Habana luciendo sus mejores galas pero sobre todo por ver como perdura todo en el tiempo. Nuestra ciudad se merece lucir bonita y ciudada los habaneros tenemos que hacer todavia mas
Señores mientra no ciudemos la limpieza y sigamos como estamos todo ese dinero no habra valido de nada hace falta ganar conciencia y respetar el trabajo ajeno asi si podremos mejor
Ciertamente la habana se merece por ella lo más grande... la mera realidad de que se este ejecutando uno de los planes de obras y mantenimientos constructivos más grande que a visto nuestra capital, es prueba del sentido de pertenencia de los habaneros y de los cubanos por su capital... Felicidades a todo aquel que sido partícipe de esto de algún modo... y a los compañeros de tribuna de la habana por mantenernos al tanto de cada unos de estos pasos, o incluso de sus sanas crónicas con el fin de no permitir que nuestros esfuerzos sean en vano o pisoteado por cualquiera.