Luego de 3 horas de espera en la notaría ubicada en 23, esquina K, a mi colega le advirtieron que la gestión a favor de su hermana discapacitada no podría continuarse sin el carné de identidad renovado. Por supuesto, no imaginó que sucediera algo así, pues tenía conocimiento de la vigencia de esa identificación como lo corroboró después -con una funcionaria del DNI-, y no precisamente en esa oficina donde el tiempo parecía detenido en una información distorsionada en cuanto a la actualidad del documento solicitado.

Por estos días donde el sol parece anclado sobre la ciudad, las altas temperaturas influyen en los estados de ánimo. Las instituciones de servicios pueden ser un punto de conflicto si el cliente no recibe la aclaración oportuna o peor, como en este caso, la funcionaria del bufete no está bien informada con res-pecto a lo establecido sobre la vigencia de los carnés de identidad los cuales pierden validez cuando están deteriorados.

Por supuesto, esta situación (reversible, en lo positivo) no es la norma en el proceso de tramitación de las notarías. Resulta un caso aislado que pudiera ser repetitivo en otros lugares. En la otra cara de la moneda, quisiera mencionar el ejemplo de la oficina de la Empresa Eléctrica ubicada en la calle 12, esquina 21 de Plaza de la Revolución, donde por situaciones internas se acotó el horario extendido de martes y jueves (hasta 7:00 p.m.), al similar del resto de la semana con terminación a las 5:00 p.m. Lo supe por una muchacha de nombre Angélica (trabaja en un restaurante contiguo) quien no pudo ser más oportuna, con su apelativo, al decidir ayudar a quienes encontraban la ventanilla cerrada.