Un solo eslabón suelto de la cadena en el control de la COVID-19 y las cifras de contagios se disparan en forma alarmante justo cuando los habaneros, prácticamente, entraríamos a un año 2021 con mucha más claridad del rumbo trazado durante la tormenta de incertidumbres causadas por el desconocimiento del comportamiento del virus SARS-CoV-2, que llevó a poner en vigencia medidas extraordinarias como la prohibición de la movilidad de personas y vehículos entre las siete de la noche y las cinco de la mañana siguiente, la paralización del transporte público y el cierre de instituciones escolares y de servicios, entre otros.
La falta de percepción de riesgo como resultado de la indisciplina y la violación de numerosas regulaciones aún vigentes en la fase tercera de la etapa de recuperación, con una flexibilización de las medidas restrictivas y que jamás incluyeron el uso incorrecto del nasobuco, el acortamiento del distanciamiento físico, el exceso de pasajeros en los ómnibus, la no declaración de síntomas que pudieran demostrar la presencia de la enfermedad y –con la apertura de la terminal aérea internacional José Martí- la observación de los protocolos obligatorios para los viajeros y sus familiares, fiestas, niños involucrados en los contactos de quienes ingresaron al país, especialmente en el fin de año.
Basta subir a los ómnibus y comprobar que apenas se pueden ver los espacios establecidos para los pasajeros que viajan de pie, la aglomeración en las paradas demuestra el comportamiento vulnerable y la convergencia de las indisciplinas sociales en franco desafío a las regulaciones sanitarias permanentes.
Una verdadera avalancha de público puede observarse en cualquier espacio destinado a la venta de alimentos, parques de recreo, restaurantes y cafeterías... Tal parece que el esfuerzo compartido durante todo un año podía ser lanzado por la borda, ante el anuncio de la titánica consagración de nuestros científicos dispuestos a mantenerse en la avanzada de la búsqueda de vacunas efectivas contra la COVID-19.
Cada mañana confluyen hacia el centro verdaderos afluentes de ciudadanos de entre los más de dos millones de habitantes que provienen de todos los municipios. Resulta perceptible la identificación del aumento de transmisión en aquellos de mayor densidad poblacional, por kilómetro cuadrado, lugares donde se advierte la vulnerabilidad de una ciudad que, por una vez, en toda su historia, no pudo mantener por largo tiempo sus puertas abiertas.
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Expreso mi opinión con la idea de que sea leída por quienes pueden dictar resoluciones que resuelvan esta situación. Mire, por ejemplo, se debe atacar las causas de las aglomeraciones. Muchas veces hay una cola y las unidades que sitúan para separar las personas están pasivas, solo van de un lado a otro sin participación activa en su tarea. No requieren a quienes no usan el nasobuco o violan el distanciamiento. Esto por citar un ejemplo. Las medidas contra las fiestas deben ser más agudas, por ej, que cuando se denuncie una venga la patrulla e imponga multas más altas aún. Y así me refiero al asunto de atacar las causas. Saludos
EL ARTICULO ES MUY CONCRETO Y EXPONE LA SITUACION ACTUAL; NO OBSTANTE, CONSIDERO LE FALTA ALGO QUE CASI SIEMPRE NOS HA FALTADO: EL ANALISIS DE LA RESPONSABILIDAD DE QUIENES DEBIAN HABER EFECTUADO LA SUPERVISION Y MONITOREO DE TODO LO QUE SE HA INDICADO POR EL GOBIERNO PROVINCIAL. LA AGLOMERACION EN OMNIBUS Y COLAS DE LAS TIENDAS ES DIARIA Y MIENTRAS NO SE REFUERCEN NUEVAMENTE CON INSPECTORES LAS PARADAS (OBLIGANDO ADEMAS A PARAR A LOS CARROS ESTATALES QUE YA DEJARON DE HACERLO EN SU MAYORIA) Y SE INCREMENTE LA EXIGENCIA DE LA PNR APLICANDO LAS MULTAS ESTABLECIDAS EN LOS CASOS QUE PROCEDA NO SOLO A LOS TRANSEUNTES O CIUDADANOS EN LAS CALLES, SINO INCLUSO A LOS OCUPANTES DE AUTOS QUE PIENSAN QUE NO ES NECESARIO USAR EL NASOBUCO MIENTRAS ESTEN MANEJANDO, NO LOGRAREMOS DISMINUIR EL RIESGO DE ANDAR HOY EN LAS CALLES CON EL NIVEL DE INDISCIPLINA SOCIAL EXISTENTE.
Si bien la percepción de riesgo se ha relajado , también es que se relajaron más las medidas punitivas para los imcumplidores, multas, llamados de atención, regulaciones reales de cantidad de pasajeros, etc. y en esta lucha por su sobrevivencia diaria, entre acaparadores y necesitados han transformado a la ciudad en un coto peligroso, ahora otra vuelta atrás, que se repetirá si la permisimilidad de autoridades e implicados, aumenta... panorama triste
Las personas no están pidiendo que se paralice el país están pidiendo que se busquen alternativas que no son solo las medidas tomadas para evitar todo lo que propicie la transmisión del virus. Se sabe que los alimentos no alcanzan pero si los ponen controlados por la libreta la distribución sería menos desigual y se evitarían las colas y el tormento. Hay que volver a las teleclases y educación a distancia. Piensen en los padres responsables que se aterran ante la idea que su hijo se pueda enfermar, piensen que si ese padre también enferma y va para terapia. Ese pequeño se queda solo enfermo en medio de personas que lo están cuidando pero son extraños. Yo pienso en eso y se me achica el corazón. No quiero que ninguna familia tenga que pasar por esa experiencia. Hago un llamado a las autoridades a que busquen otras maneras de educar a nuestros hijos sin arriesgarnos por mucho que se esfuercen en educación, no todas las escuelas tienen las condiciones y el mejor escribano se la va un borrón.
Pero porque hablan y hablan del transporte, eso de los pasos fue solo para que saliera en el televisor, algunas de estas personas que se reunen han estado por dossssssssss horas en la parada de Ayestaran y 19 Mayo? imposible llegar a la casa, hay inspectores que quieren cumplir con lo establecido, pero cuando usted lleva dos horas (como mi hija) y no se ha podido ir (porque no hay transporte) y la niña está en la escuela, sola, sin que nadie la recoja porque todos llegamos tarde, créeme que usted se va en lo primero que aparezca, por casualidad tuve que cogerla una vez ahí, habían dos inspectores tratando de hacer su trabajo, ya las guaguas llegaban con personas en las puertas, fin de la historia, nadie se podía montar, entonces no le echen toda la culpa a las indisciplina de la personas, porque yo me cuido y muchísimo, y he tenido que montarme en un P12 repleto, porque sino, no llego al trabajo, ahí no se cumple distanciamiento ninguno, es imposible cumplirse porque el transporte está muy malo, muy malo, y de las colas, ni hablar.