
En el proceso de fortalecimiento y radicalización de la Revolución cubana, los acontecimientos desatados en torno al ataque mercenario de Playa Girón, en abril de 1961, ocupan, sin lugar a dudas, un lugar de relevancia en la historia patria.
Desde entonces, el 16 de abril, Día del Miliciano para los cubanos, reconoce y reverencia la actitud, el valor y la determinación del pueblo, que agrupados en las Milicias Nacionales Revolucionarias, jugó un rol determinante, en lo que constituyó la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América, construida con conmovedoras páginas de heroísmo, capaces de frenar el traicionero e injustificado zarpazo, orquestado y financiado por la nación más poderosa que la humanidad haya conocido jamás.
Ese día, los mismos humildes hombres y mujeres humildes que desde las primeras agresiones llegadas del norte, con el ascenso popular al poder, plantaron cara a los agresores, empuñaron las armas, estrecharon filas, y juraron frente a los féretros de las seis víctimas del bombardeo aéreo perpetrado la víspera, entregar hasta la última gota de sangre -si fuera preciso-, si de preservar la primera revolución socialista del hemisferio se trataba.
Los yanquis no entendieron, ni entonces ni ahora, el fracaso de una invasión que corría a su cuenta. Por más que la historia le advierta con sus lecciones irrefutables, la prepotencia les ciega.
Cientos de páginas gloriosas al servicio delas mejores causas avalan la grandeza de nuestros milicianos, integradas por los hombres y mujeres, que desde su normal cotidianidad, también defienda soberanía, bienestar y desarrollo, desde las trincheras de la producción, la ciencia y los servicios; pero asimismo, con el pie siempre en el estribo, están entrenados y prestos, para hacer morder el polvo de la derrota al iluso que se atreva a visitar en son de guerra.
Y en el bautismo miliciano en las arenas de Girón radica la grandeza del abril 16, que brilla también porque marca la fecha de fundación de nuestro Partido, comunista y único, surgido al calor de la proclamación del carácter socialista de la Revolución, con lo cual se dio la unidad, bajo una misma bandera, del Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, las tres fuerzas revolucionarias, fundamentales, que descabezaron la dictadura de Batista.
Hoy, en medio de un escenario mundial amenazador y plagado de riesgos, frente a la euforia de un imperialismo yanqui envalentonado, ese mismo Partido, nacido en la fragua victoriosa de las heroicas jornadas de Girón, levanta más alto sus banderas, y ratifica que somos una Revolución de Patria o muerte, y que jamás traicionaremos la gloria de los 155 milicianos que ofrendaron sus vidas en los combates de Playa Girón, ni de ningún otro cubano, que haya derramado su sangre en defensa del sagrado deber, de conquistar la independencia o defenderla.
Ver además: