
La recogida de desechos sólidos se ha tornado, al menos en la capital, muy insuficiente. Las acumulaciones en basureros que pujan por invadir lo hogares más próximos y hasta algunos que no lo son tanto, irrita y desespera.
Sin embargo, en el intento por buscar soluciones alternativas, algunos han optado por la “tea incendiaria”, a mi juicio, una práctica peligrosa, en tanto frecuentemente junto a los desperdicios también arden los colectores plásticos de almacenaje y a veces hasta postes eléctricos y telefónicos, algo de lo cual fui testigo recientemente.
No vamos a defender lo indefendible, pero si bien es verdad que nadie puede ni merece vivir en medio de la inmundicia, tampoco a nadie le asiste el derecho de asumir una actitud irresponsable, que en lugar de ayudar termine por causar mayores problemas, a la colectividad.
En medio de la crítica situación que vive el país, en lo tocante a la disponibilidad de recursos, en función de dar respuestas certeras al saneamiento ambiental y la generación eléctrica y las telecomunicaciones, un solo contenedor y un solo poste eléctrico perdidos, cuenta, y varios constituyen un daño invaluable, eso para no hablar de las molestias que pueden sobrevenir, en el tiempo que media hasta la búsqueda de una solución, que –en estos momentos– difícilmente puede resultar fácil y rápida.
Eso para no hablar de la responsabilidad legal que implican tales desatinos. Sin embargo, la crítica a tal comportamiento irresponsable no significa desconocer que en materia de higiene comunal, a La Habana le falta (limpieza) o tal vez le sobre (basura), quizás demasiado para las exigencias, no ya de una capital de país, sino sencillamente de un conglomerado urbano que merece respeto.
Sin dudas, el recrudecimiento del bloqueo y la crisis carencial son las causas fundamentales de que la misma Habana de alma limpísima, se vea obligada a cobijar a sus hijos y recibir a los visitantes plagada de grandes basureros; pero, tal vez, también nos ha faltado racionalidad, mejor distribución de los recursos, control, exigencia, e iniciativas que se traduzcan en respuestas alternativas que lleven el sello local y no dependan, exclusivamente, de las importaciones o el respeto a la higiene, dependa del bloqueo genocida y real impuesto por décadas contra nuestro pueblo.
Decirlo es fácil, llevarlo a la práctica se las trae. Pero no podemos renunciar y resignarnos a vivir sumergidos en un mar de mugres y desconocer el esfuerzo de otros, entre los cuales, sin chovinismo, está el llamado permanente de las principales autoridades del Partido y el Gobierno capitalinos.
Probemos ir de las palabras a los hechos; de las críticas, los memes y los comentarios irónicos, de unos (que hacen el juego a quienes nos quieren destruidos), y de la justificación otros…, a las acciones y, tal vez, hecha la cuota de responsabilidad que del problema –que a cada uno nos toca– quizás no se haga el milagro; pero La Habana podrá mostrar un rostro más pulcro.
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No sé qué solución le van a dar cuando un contenedor de basura no alcanza para la cantidad de población que hay en La Habana sin cobrar que por otra parte se crean Mypimes que producen más desechos. Lo cierto es que cada día hay más pobladores y todo es un asco entre la falta de recursos y las indisciplinas. Recuerdo cuando era niña pasaba el camión de basura a una hora y todos sacaban sus cubos. Sí no hay recursos hay que buscar la vía de que no se acumulen esos desechos que han creado la proliferación de ratas en todos los barrios. Tampoco entiendo cómo en Municipios como Playa y Plaza disponen de 2 contenedores donde existe menos población que en otros. Nada!, otra tela por donde cortar. Sí el "enemigo" hace críticas, debemos crear las condiciones para no dar pie a ello.
La recogida de basura en nuestra ciudad, es un mal arraigado en estos tormentosos tiempos, pues en los años del llamado período especial, no existía está situación. El bloqueo ha existido siempre. Ha existido recrudecimiento y carencias, pero los desechos sólidos y la basura se recogía hasta con carretones y caballos. Lo que sucede en la actualidad es la indolencia manifiesta y la despreocupación en resolver los problemas. Todo es palabrería banal y sin objetivos concretos. Cuando se quieren poner "las pilas", aparecen camiones de volteos y otros medios para desaparecer los basureros. Nada Ellas, por cruda que parezca mí opinión, es una realidad más grande que la basura acumulada en la esquina de mí casa, en 54 y 29, Playa.
Entre los carros para recoger la basura y no hacen nada, los pocos contenedores y el aumento de mipimes con sus desechos, no para de crecer las inmundicia que nos rodean en la Capital. Por ejemplo, frente a mi casa hay un punto de recogida con un solo contenedor. Pues ahí vienen a botar, además de la población a la que le corresponde echar ahí, una mipime con todas sus cajas y papeles. También una florería, que es la campeona en desechos y un agro-carnicería. Estás 3 cosas se encuentran en la avenida de Infanta, pero ellos vienen a dejar sus inmundicia a Santo Tomás y Plasencia en Centro Habana. También, la calle Infanta siempre está llena de todo lo que van dejando caer las personas que compran en la mipime. Pasan los días y las bolsas plásticas vuelan de un lado a otro sin que nadie los recoja. En cualquier momento ocurrirá un accidente cuando una bolsa plástica interfiera la vista a un conductor. Nadie pone freno a esto y me pregunto que hacen con el combustible de los carros que deben recoger la basura
Es cierto que Comunales ha ido en retroceso aun cuando ha contado con recursos en ocasiones y con brigadas de chapeo que por cierto han desaparecido. Para que se vea el trabajo la Higiene Comunal tiene que ser tarea de todos, ayer mismo veía en Alamar como un grupo de trabajadores realizaban sus labores sin contar con las condiciones necesarias(palas, rastrillos, guantes, etc), sin dudas un duro trabajo, dejaban limpia el área y a los pocos minutos ya depositaban fuera de los contenedores todo tipo de desechos, eso no debe hacerse por la población. Cualquier día de la semana y a cualquier hora se deposita todo tipo de desechos no compatibles con los carros recolectores, tiene que existir un orden y cumplirse por todas las partes.