
Recientes reportes de prensa dan cuenta de una buena esperanzadora. La noticia habla de disminuciones, en la capital, tanto de los accidentes de tránsito como de los muertos y heridos, ocasionados por tales percances, en cifras que fijan los decrecimientos en 214, 31 y 18, respectivamente, al cierre del primer trimestre del año, comparado con igual etapa precedente.
Los números ratifican una certeza irrefutable, no obstante, puesta en tela de juicio por escépticos, imprudentes, mal intencionados y quienes emiten juicios a la ligera:
El habitual incremento de la accidentalidad –en Cuba y La Habana-, a veces en proporciones estremecedoras, se ha visto marcado –y no poco- por el deplorable estado de un elevado porcentaje de calles y carreteras, unido a algunas lagunas en el sistema de señalización, y el deficiente estado técnico de buena parte del parque vehicular; pero, resulta innegable, que la responsabilidad mayor tiene un estrecho vínculo con el comportamiento y pericia de los conductores.
Pese a los factores adversos citados, aunque con altas y bajas, la capital ha experimentado un comportamiento favorable de la accidentalidad, de un año a otro, de manera sostenida, desde el 2018, antes de la aparición de la Covid-19, cuando no estaban vigentes las restricciones de movilidad, y todavía hoy, casi 24 meses después, tras haber vuelto a la normalidad, todavía mantiene la tendencia al decrecimiento, con independencia de su condición de urbe con la mayor densidad vehicular de toda Cuba, el entramado de carreteras, calles y avenidas más amplio y complejo y superior cantidad de peatones.
Pero no pequemos de triunfalistas. No todo está logrado. Hay números que aunque mejores, comparados con etapas precedentes, apenas representan un paso en una batalla en la cual nunca podremos sentirnos satisfechos, mientras no alcancemos el cero absoluto.
Solo en el mes de marzo, en la provincia perdieron la vida un total de 14 personas, como consecuencia de los percances viales. Tal vez poco en términos numéricos absolutos, pero si le ponemos nombres y apellidos, y por un momento nos imaginamos el drama de la madre que pudo haber perdido a su hijo, en la flor de la vida, o los niños que no volverán a disfrutar de la presencia de la figura materna o paterna, entonces podríamos convencernos de que hasta un solo fallecido nos coloca frente a tremendísimo drama.
Si son menos alientan, pero duelen igual, sobre todo porque detrás está el comportamiento irresponsable de un chofer o peatón.
Algo sí queda bien claro: ganar la batalla a librar de conjunto, todos los días frente a la muerte, una vez puesto los pies fuera de casa, no solo es necesidad y obligación, también, como ha quedado demostrado, es posible salir airoso.
Con ello no desconozco las complejas circunstancias de conductores y peatones, en particular, aquellos primeros. Manejar hoy en la capital no es cosa fácil, pero con una actitud responsable y los sentidos puestos en el transitar, ya sea frente al timón o a pie, bien se puede sortear cualquier riesgo o inconveniente.
siento mucho el pésame de la consecuencia de los accidentes. comparto su opinión de las complejas circunstancias que es manejar o caminar hoy por las calles de la habana. pero es cierto que los peatones se ponen ellos mismos en peligro caminando constantemente en medio de las calles todos concentrado en la música que sale de los audífonos que le impide hasta escuchar el ruido de un carro que les se va acercando...los conductores son caso a parte dando más importancia al móvil que timbra y sus cerebros le impone contestar y hablar olvidándose de su seguridad y la de lo demás. veo conductores de motos manejar y hablar al móvil!! el utilizo del móvil cuando se maneja es prohibido y duramente sancionado en este planeta del cual cuba parece no ser parte.
Yo creo que ha influido, la disminución de medios de transporte funcionando y peatones, condicionado por la falta de combustible. Las personas se trasladan prácticamente solo por necesidad y los choferes ahorran el combustible por la subida de su precio, además no hay casi transporte urbano. No creo que las personas sean más precavidas
Fuese interesante conocer el porcentaje de combustible consumido respecto a igual período del año anterior. Así si pudiéramos hacer un análisis realmente objetivo. Apenas hay densidad vehículos y ls cifras siguen siendo altas.
Saludos, la mayor imprudencia es tener personas que no quieran aplicar sanciones más severas a los responsables de accidentes "en general y de tránsito en particular". No faltarán las justificaciones, sin embargo la tolerancia y la justificación prostituyen la integridad de quienes dirigen en este país.
sigue ocurriendo ver aquí en la Habana muchas motos por las aceras circulando ,también parqueadas en ellas,otra cosa es que vas a cruzar la calle y muchos choferes aceleran los carros y opino todas las motos deben tener chapa sean del tipo que sean,si te chocan te matan igual y tener licencia quien las maneja ante un accidente se identifica por la chapa quien es