. Foto: Wendy Oliva

Dieciocho meses han transcurrido desde iniciada la pandemia de la COVID-19 en nuestro país; a raíz de la disminución de la tasa de incidencia en las últimas semanas y el avance en la campaña de vacunación en la Capital, comienzan a reanimarse sectores como la Gastronomía y otros servicios de atención a la población, como los Notariales y Registro del Estado Civil, por solo citar algunos.

De igual manera, la flexibilización de algunas medidas restrictivas relacionadas con la epidemia en los ámbitos de la recreación y la práctica de actividades deportivas, como apertura de playas y piscinas, estas últimas al 50 % de su capacidad, son estos algunos ejemplos, para hacer un llamado a la reflexión en cuanto a la responsabilidad y el autocuidado, para preservar nuestra salud y la de todos.

El nuevo contexto nos exige, desde lo individual y colectivo, una mayor voluntad por mantener con disciplina las medidas higiénico-sanitarias, como el uso correcto del nasobuco y la utilización de las sustancias desinfectantes, además, continuar con el cumplimiento del resto de las regulaciones epidemiológicas, son factores claves.

Asimismo, se hace imprescindible a la vez, que los organismos que se encargan del control y fiscalización, así como, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), tengan un mayor protagonismo en el ejercicio de velar que se cumplan estrictamente los protocolos sanitarios para evitar indisciplinas, aunque vale destacar -en gran parte de la población habanera-, se ha mostrado disciplina y responsabilidad; a través de estos largos meses en el enfrentamiento a la COVID-19.

Por ello, nunca está de más recordar que debemos continuar aplicando toda la experiencia y la cultura adquirida en el enfrentamiento al virus, para impedir un retroceso, y colaborar con el esfuerzo de instituciones y personal que ha trabajado y trabaja sin descanso en el enfrentamiento a la pandemia.

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