
A la más pura usanza de la edad media, una turba atacó el capitolio de Estados Unidos; los asaltantes escalaron muros, violentaron sus instalaciones. Su “líder” les arengó al combate, mientras se quedó agazapado en las sombras, lejos del conflicto por él creado. Se pudo ver a personas escalando muros para entrar al capitolio. Todo ello pudiese parecer sacado de una historia de ciencia ficción, sin embargo, ocurrió en realidad, este 6 de enero, en el mismo corazón de Estados Unidos.
Se pudo observar las vestimentas de guerra de los vikingos, y sus largas cornamentas, paseándose con rostro desafiante, por el interior del capitolio estadounidense, impidiendo al congreso sesionar. Incluso el “gran” Batman abandonó ciudad Gótica para defender la “democracia” que según el señor Trump estaba en peligro, pues le habían “robado” las elecciones.
Sonaron tiros, hubo heridos, muertos; tras tres horas, las fuerzas del orden recuperaron el capitolio. Batman desapareció con la misma celeridad que llegó, y el vikingo no pudo, con sus enormes cuernos, “democratizar” la permanencia de Trump en la casa blanca. En la madrugada, el congreso ratificó como nuevo presidente de Estados Unidos a Joe Biden.
Twitter bloqueó durante 12 horas la cuenta de Trump, por incitar a la violencia, y ahora se habla de inhabilitarlo como presidente de Estados Unidos. Pero las cosas pueden ir mucho más allá, pues los muertos y heridos son responsabilidad directa de Trump, al incitar desde su cuenta en Twitter a impedir que Joe Biden fuese ratificado como presidente de Estados Unidos.
Los largos cuernos del vikingo, esta vez, no pudieron anular el deseo del pueblo. Toca a los congresistas de Estados unidos y a su nueva presidencia, tomar por los cuernos al “toro” loco que ha demostrado ser Trump, antes que sus embestidas puedan crear más daño. Por suerte, esta vez, ni Batman, ni las largas cornamentas del vikingo pudieron secuestrar el triunfo de Joe Biden, sin embargo, lo acontecido demuestra que la democracia en ese país está en serio peligro de extinción.
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