Nuevos hábitos y estilos de vida nos ha impuesto la COVID-19. Todos hemos sido afectados de una manera u otra. Y lo que resulta más alarmante, ha traído incertidumbre, miedo y, en no pocos casos, pánico.
Pero, incluso de las malas situaciones se aprende y se pueden sacar buenas experiencias. Esta pandemia no ha sido la excepción, ha revitalizado amistades y las relaciones familiares, en muchos casos, deterioradas, han ocupado lugares priorizados, y hasta han surgido nuevos amores.
Para atenuar tensiones y vencer el ocio, las personas se han refugiado en las redes sociales y le han dado mayor importancia a lo virtual. Lo increíble de la tecnología es que nos acompaña y alivia la separación de personas queridas.
Nancy es una joven que recién terminando sus estudios universitarios, se vio forzada, como todos, a guardar este periodo de aislamiento. Para ahuyentar el desasosiego y como distracción, se dedicó a escribir y publicar temas relacionados con sus conocimientos. Entre todos los comentarios que recibían sus publicaciones, le llamó la atención, los que hacia Samuel, pues sus opiniones, le agradaban y le provocaban cierta inquietud. Entonces, se despertó en ella el deseo de saber más de esa persona que, tan acertadamente, supo captar los mensajes que quería trasmitir. Para su complacencia, él le solicitó amistad, e inmediatamente, ella se la aceptó para darle privacidad a sus intercambios.
Comenzaron, entonces, conversaciones interminables, que ninguno quería que llegaran a su fin. Rompieron las barreras de la timidez, propia del comienzo de algo muevo, y pronto alcanzaron la confianza que poseen dos buenos amigos. Coincidían en tantos aspectos de la vida, que cada vez se hacía más intensa la comunicación entre ambos. La necesidad de escucharse, de acercarse en la distancia, les hizo olvidar la cruel cuarentena. Descubrieron, así, que aún a cientos de kilómetros, no existen distancias grandes para su amor.
Yo disfrutaba de esta relación desde afuera. Fui testigo cómo la pequeña se despojó de todo el desencanto que provoca la ansiedad, ante esta escabrosa situación mundial. Al conversar con él, me convencí que las redes sociales, cuando son usadas con honestidad, coherencia, inteligencia y respeto adquieren una magia en nuestras vidas. En estos momentos de angustia e incertidumbre, han dejado de ser frías, en tanto ayudan a esquivar la añoranza. Se han convertido en una parte importante de nuestra existencia. La historia de Nancy y Samuel es un ejemplo de que el amor se impone ante todo.