La familia es la primera escuela del hombre, pero hay otros factores influyendo decisiva e inevitablemente en el crecimiento y aprendizaje de los niños y uno de ellos es la televisión.

¿Te has sentado alguna vez durante las mismas horas que tus hijos a ver todos sus programas favoritos? ¿Sabes a ciencia cierta cuáles son los valores reflejados en esas series o películas? Te sorprenderías como lo hice yo, al comprobar uno de los preferidos de mi hermanita: Black Jack.

Para resumir, el personaje principal es un médico cirujano sin licencia buscado por la policía, quien vive con Pinoko, una “niña” con cuerpo artificial de entre 6 y 8 años, creada por el doctor tras extraerla del cuerpo de su hermana gemela, en donde ella se encontraba como un tumor vivo.

Solo vi un capítulo, durante el cual Black Jack atendió a una adolescente deprimida al punto de querer suicidarse por los dolores de su enfermedad (cáncer), pero quien al verlo se enamoró profundamente y entonces solo accedió a recibir tratamiento si el médico se casaba con ella.  

La trama continúa con la boda, la felicidad de la paciente y los celos intensos de Pinoko, quien le reclama al doctor porque lo considera su esposo (recordemos, es una niña) y él la tranquiliza diciéndole que la boda es falsa. Al final se casan, él la opera -le extirpa los 18 tumores de su cuerpo y todo sale bien. Ella abre los ojos dispuesta a empezar su nueva vida de casada y él le confiesa la verdad. Ella llora y él se va, indiferente.

Black Jack es, sin dudas, un manga complejo, cuyo personaje principal es de dudosa moralidad. Mi sugerencia no es prohibirles a los pequeños ver la televisión, pero sí estar al pendiente de lo que consumen frente al aparato y tener en cuenta que no todos los animados son para niños, aun cuando en la cartelera de Multivisión anuncien al tal Black Jack como serie infantil, los viernes en la tarde…