Con muchísimo trabajo, bastón en mano y espalda encorvada, subió a la guagua. Su voz, imperceptible, pedía casi en susurro el asiento de impedidos, con un tono marcado por el cansancio y los años vividos.
“Pase, abuela, que son los amarillos de allá”, decía un señor -sentado- mientras muchos nos apretábamos para abrirle paso a la anciana en su difícil travesía. “¡Por favor, hay una impedida!”, gritaba una mujer -también sentada-; “o están todos llenos o la gente es sorda”, reflexionaba otra desde su asiento.
Finalmente, la abuela pudo llegar y un hombre salió en su defensa, interrogando uno por uno a los pasajeros: “a ver, ¿usted es impedido? Enséñeme su carné. Y usted, ¿está embarazada? ...” y continuó así hasta llegar a una señora entrada en años, quien se vio obligada a pararse ante la presión del momento. Obviamente, a esta última también le cedieron un asiento pues, aunque no traía bastón, apenas podía mantenerse en pie.
¿Qué nos está pasando? ¿Por qué la indiferencia? El transporte está malo, es verdad; pero nuestra empatía, ¿también está mala? ¿Acaso el color de la silla influye más en nosotros que nuestra propia conciencia?
Desgraciadamente es así, existe mucha indeferencia y todos dan sus comentarios en la gugua pero sentados desde sus asientos NO amarillos,
Muy bueno el articulo, Chelsea Del Sol, en ocasiones dan el asiento en otras las personas gritan buscando el asiento, es una cuestion de consideracion, respeto y muchos otros valores que se han ido perdiendo, HAY QUE RESCATARLOS CON URGENCIA.
Todos los asientos deberían ser amarillos. Dicho de otra forma todos los asientos del transporte público debían tener el cartel para impedidos, ancianos, niños y embarazadas. Nos hemos quedado con la mentalidad de que solamente son esos asientos los destinados a estas personas y siguiendo tu relato la anciana tuvo q andar media guagua para poder llegar a ellos teniendo q pasar por las narices de varios q estaban en su camino. Nos estamos deshumanizando, la pérdida de valores nos carcome
Estamos perdiendo VALORES a una velocidad supersonica, en todos los lugares, para la gran mayoria los asientos amarillos son los unicos que se pueden dar y vemos hombres, jovenes, personas sanas llenas de vida que no les interesa esas cosas y lo correcto fuera que dieran el asiento, sin tener en cuenta el color. Muchas veces me pregunto, que esta pasando en nuestra sociedad, pues los cubanos no eramos asi en otros tiempos.
Por desgracia ocurren cosas asi, escudándose detras de un color, muchos se hacen de la vista gorda, cosas como esas ocurren todos los dias en todas las rutas de guaguas, pues solo son 4 o 5 , e incluso menos, los asientos que por norma obligatoria estan destinasos para personas con discapacidad, ancianos, niños o embarazadas, y cuando es el caso que ya " los amarillos" estan ocupados por una de esas pesonas? , acaso esa persona que necessite un asiento debe hacer todo el trayecto parado, sin mencionar los empujones y atropellos que se padecen en el trasporte publico A dónde vamos a parar con esta sociedad carente de valores y cada vez más egoista?