En una sociedad que puja por un nuevo ordenamiento, hay que regular el derecho al silencio. Ni casas, ni establecimientos privados o estatales, tienen el mandamiento de establecer el ruido con sus nuevas tonadillas de reguetón u otro ritmo cardíaco. Hasta ahora, aun cuando existe legalmente lo estipulado para que el respeto sea una norma social, no se ejerce de forma consecuente por parte de las autoridades del gobierno. Si así fuera, lloverían las denuncias y los causantes de este daño se atendrían a las consecuencias.
Como en cada país, se debe dar a conocer el horario para fiestar, los decibeles posibles, y el respeto al derecho ajeno para establecer la paz y la concordia social. Hace unos días atrás, tuve que hablar con el encargado de La Pelota, en 23 y 12, quien accedió a bajar la música con la cual -en un establecimiento vacío- molestaba a los clientes del negocio del lado, donde yo estaba sentada intentando establecer una conversación que duraría menos que el consumo de una carísima bola de helado.
Últimamente me había refugiado para escribir en una habitación, en sentido contrario del ruido de la calle, pero –lamentablemente- me han tocado unos vecinos que ya vinieron con los oídos y el buen gusto dañados. Sociedad “a la bartolina”, sin exigir deberes y derechos ciudadanos, sin educar en el respeto, tiene un perjuicio mayor que el económico. Es una bola de nieve en el Trópico.
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Ya muchas veces ni me dan deseos de comentar nada ni denunciar ni protestar porque aquí no vale la pena nada de éso, me decido ahora porque me molesta mucho que se diga éso como si descubrieran el agua tibia pues toda la vida ha estado establecido normas y horarios para fiestas y? De qué vale si aquí no se cumple nada de éso como tampoco se cumplen las normas en edificios múltiples que también están reguladas, como esta regulado el botar basura en la calle y las latas y bolsas le pasan a uno frente a la cara,entonces ya pensaron cómo van hacer que se cumplan?recuerdo que cuando cumplí 15 mi padre tuvo que sacar un permiso para la fiesta y hasta las 12 de la noche. Próximo artículo que muestre con ejemplo qué se está haciendo para el cumplimiento de todo éso
Concuerdo al 200 % ya en Cuba no hay libertad sino libertinaje no se respeta el derecho ajeno a un descanso, se deben de crear números a los cuales llamar para denunciar no solo eso sino cualquier aptitud que nos dañe como sociedad
Qué pena , más de lo mismo, ojalá y algún día podamos disfrutar del respeto ajeno, de la cordialidad, en fin de la buena EDUCACIÓN
Resido en Prado 410, entre San Rafael y San Miguel, Habana Vieja Soy Asesor del Presidente del Grupo Empresarial ACINOX, en el lugar donde resido no existe ese derecho al silencio, pues hay dos Hoteles al lado de mi edificio, la música muy alta en ambos lados, debajo está la Pastelería Francesa que también contrata músicos es irresistible la cantidad de decibeles que tenemos que soportar, además hay que sumar el uso abusivo del claxon por parte de los almendrones que se dedican a darle paseo a los turistas, no estoy en contra del trabajo que realizan pero los vecinos somos los que soportamos el ruido que tanto daño hace a la salud. To está regulado en el país, quienes son los que tienen que hacer cumplir las regulaciones. Gracias por aceptar este escrito pero necesario.
Quien le pone el cascabel a el gato, vengan al Coopelita de Malecón para que oigan viernes, sábado y domingo, mucho hablar y no pasa nada, mucha anarquía, el estado se puede decir que no gobierna, la chusma es la que se impone y el mal gusto.