A quien haya vivido en el municipio de Playa, no resulta ajena la que muchos conocen como playita de 1ra. y 70. Al igual que muchos fragmentos costeros a todo lo largo de ese territorio habanero, este ha sido tradicionalmente “asaltado” por cientos de bañistas que refrescan en sus aguas los más calurosos días de verano, haciéndolo suyo.

Foto: Claudia Pis Guirola

Fue buena entonces la noticia de su reanimación, y con agrado fueron recibidas las nuevas instalaciones que ocuparon sus predios y le convirtieron en el Paseo Marítimo que hoy es. Donde solo unos bancos de hormigón y ciertas sombrillas hechas de guano reinaban, el alborozo de varios negocios impulsados por la iniciativa privada como parte de un proyecto de desarrollo local, atrajo a más visitantes de los que alguna vez se hubieran podido imaginar y públicos de todas las edades encontraron una vez más cobijo en ese pedacito junto al mar.

Foto: Claudia Pis Guirola

Sin embargo, desde hace algunos días, cierto revuelvo se ha apoderado de las redes con respecto al Paseo Marítimo, provocado por la construcción de un muro perimetral que bordea de una punta a la otra el lugar. Aún en proceso de terminación, las opiniones sobre su pertinencia, objetivos y calidad han sido variopintas y ante ellas, los responsables del proyecto, impulsado por el gobierno de Playa de conjunto con la empresa Recreatur, han publicado en su página de la red social Facebook que su intención no es convertirla en un área exclusiva para el turismo, como muchos han comenzado a sospechar.

Foto: Claudia Pis Guirola

“Los recursos que se han destinado tanto por el Estado, como por los trabajadores por cuenta propia son numerosos, por lo que se hace necesario elevar medidas de control y seguridad” y que “Al ser un espacio visitado por menores por poseer entre otros atrayentes un parque de diversiones y la playa, se han dado situaciones de menores que han salido a la vía y aunque no hemos tenido que lamentar hechos, si se han dado situaciones que es mejor no lamentar”.

Foto: Claudia Pis Guirola

Más adelante refieren que la construcción de este muro persigue sobre todas las cosas, resolver asuntos referidos a la seguridad de los visitantes y de las instalaciones, pero que “En ningún momento se pretende cobrar la entrada para el baño en la playa, este es un espacio reconocido por la población como una playa de barrio y es un objetivo del proyecto preservarla y en la medida de las posibilidad trabajar para mejorar sus accesos y condiciones”.

Foto: Claudia Pis Guirola

Sin embargo, los vecinos y asiduos continúan descontentos, y aunque aún no se ha concluido la obra, se observan algunas irregularidades en su calidad que hacen pensar una vez más en la necesidad de aprovechar racionalmente los recursos. Vale recordar, además, que esta es una zona de habituales inundaciones durante la temporada ciclónica (por lo cual se han utilizado estructuras ligeras en la edificación de los kioscos y cafeterías), ¿hasta qué punto este muro permitirá el paso natural de las aguas, hasta que retomen su lugar?

Foto: Claudia Pis Guirola

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