Cuatro de enero, por primera vez en el año hago uso del transporte público. Ahora la “guagua” cuesta dos pesos, y varios de los que antes tomaban un ómnibus para una o dos paradas, ahora andan a pie.
Tras dejar pasar tres P7 por fin llega un P2. Piden nueve personas, dos “inteligentes” tratan de colarse, pero no logran su propósito. El viaje se desarrolla normal, hasta que la guagua empieza a “cancanear”, de pronto se apaga. El chofer logra hacerla arrancar. Un poco más adelante vuelve a pararse. Todos los intentos son infructuosos.
¿Y ahora cómo salgo de aquí?, pienso para mis adentros. El lugar es bien incómodo para coger una guagua, sobre todo ahora que están limitadas con el problema de la COVID-19. Además, son dos pesos el pasaje, y no puede uno darse el lujo de estar pagando de más en el transporte público, y si tengo que pagarlo de nuevo cada vez que este se rompa...

Para tranquilidad de los pasajeros, como ave Fenix, aparece de pronto la papeleta de trasbordo, algo que hacía años no se veía. Respiro más tranquilo. Tomo mi boletín, consulto el reloj, ya no me da tiempo a seguir para mi destino. Un P2 viene en sentido contrario. Junto con otros pasajeros cruzo la calle. Mostramos el trasbordo al conductor que viaja en ese ómnibus. Ni él, ni el chofer saben nada de ello.
Por fortuna, en el carro roto viaja la jefa de tránsito. El conductor indaga, regresa y recoge los boletines. Ellos no sabían nada. Al parecer algo falló en el momento de dar las orientaciones; de hecho, no tienen trasbordo consigo, ni sabían que desde inicio de año eso se implementó; una medida, sin dudas, más que justa, pero que a todas luces no se informó a los choferes en tiempo y forma, como debe de hacerse.
El ordenamiento de la economía, ese que comienza ahora y que tiene a todos sacando cuentas, tiene mucha tela por donde cortar, y muchos ajustes aún por hacer. Ello, no tiene discusión, sin embargo, el hecho de que regresen los tickets de trasbordo -algo que nunca debió de desaparecer- es muestra de la voluntad del Estado por mejorar la calidad de los servicios que brinda al pueblo.
Otras informaciones:
Esto es una medida de que en tanto ordenamiento lo que hay es un tremendo reguero y desorden, a pesar de que han tenido tiempo de sobra para que las cosas salgan bien, estamos a sólo 5 días y se nota el desorden que hay
Es necesario potenciar esto porque no todos conocemos la existencia del extinto vale de trasbordo
Dado el precio de 2 cup por cada ómnibus debí a estudiarse algo que de usaba muchos años atras. Cuando se pagaba un viaje u si tenía que tomar una o dos más se vendía un ticket por menor precio. De modo que si tienes que tomar 3 buses para ir al trabajo no tengas que pagar 6 cup sino tal vez 4.
Muy buena idea que se haya rescatado la boleta de trasbordo, pero también debía pensarse en rescatar la boleta de transferencia. Los más viejos en el MITRANS la deben conocer que existía la transferencia entre ómnibus que permitía pagar menos en los siguientes ómnibus que usted montaba para llegar a su destino. Con los nuevos precios, si por ejemplo, se necesitan montar 3 ómnibus para llegar a su destino hay que erogar 12 pesos diarios para ida y vuelta lo que al mes puede significar hasta 360 pesos. La solución es la transferencia en la cual el primer ómnibus le costaría 2 pesos y los siguientes pudieran costar un peso. Si Ud. da un papeleta con la identificación del primer ómnibus entonces pudiera montar en el siguiente a menos precio y así sucesivamente. Gracias
Muy bien esa solución... el trasbordo nunca debió ser eliminado y debe propagandizarse..