Foto: Tomada de Cubadebate

Hay cosas que suceden una vez, quizás pocas veces, otras de vez en cuando y otras de cuando en vez. Hay un viejo refrán que dice que el hombre es el único animal que choca con la piedra más de una vez.

Soy un ser que me considero una persona de una inteligencia normal y lo digo sin el mayor asomo de falsa modestia, conozco lo que es una persona de brillanté y aguda inteligencia, que es muy diferente a ser "habilidoso", son cosas completamente diferentes y que la experiencia y la madurez de la vida me han enseñado a identificar muy bien. Tampoco soy un hábil con las matemáticas, ni contador y mucho menos que dómine aspectos ecómicos; en este último aspecto lo que conozco es lo que tengo que hacer domésticamente, lo que hay que hacer para mantener y proteger una estabilidad económica personal o en el hogar.

Toda esta introducción tiene un porqué: Cuba vive un periodo muy tenso económico, donde se dice con frecuencia que hay que decidir bien en qué se gasta, en qué se invierte; es el mismo proceder de cualquier familia con o sin situaciones difíciles económicas.

Si en la música se habla con tanta insistencia de una industria, de hacer única y exclusivamente los gastos necesarios en materia de proyectos e ingresos de artistas al medio, cómo es posible que a quienes deciden esas directrices se les esté escapando el control de la excesiva y sobresaturada celebración de eventos de la música, todos en un mismo periodo, donde se repiten los mismos géneros, todos pertenecientes al "ejército de salvación nacional de la cultura cubana", pues resulta que ahora todos salvan la cultura o la música cubana.

Todos realizados sin un serio estudio de mercado y de la realidad nacional, en un periodo con serias limitaciones de transporte para ese pueblo o público que se supone que sea el favorecido. Todos realizados en un periodo de baja turística y que donde el pueblo de a pie se reserva para el duro periodo vacacional.
Todos bajo la bandera de que "van a descubrir la sopita en botella" en cuanto a la música y así muchas otras razones e inventos.

No estoy en desacuerdo de que Cuba esté en constante movimiento musical, pues ello corresponde a que se le llame “la isla de la música”. Pero es imperdonable que cualquier normal ciudadano se da cuenta de estos errores y los que custodian la cultura y la música no.

¿Cómo es posible hacer difíciles la realización de proyectos de música de jóvenes y hasta consagrados de alto relieve aludiendo limitaciones económicas?

¿Cómo es posible extender la cadena de impagos a los actores musicales violando contratos, aludiendo déficit en sus cuentas?

Hay eventos de la música de una historia larga y justificada que siempre debe ser respetada, pero los nuevos eventos que florecen en la escena musical deben "cojer la cola" o celebrarlos de forma bianual o trianual, hasta tanto por sus resultados se ganen el derecho a celebrarse anualmente.

Por favor no nos engañemos, con todo respeto digo que lo más excelso de la cultura musical sabe realmente dónde hay aportes a la música o no.

Digo finalmente esta situación es sumamente alarmante, desmotivadora y carente de respeto alguno.

Creo que de las 3 C que adolecemos en la cultura, según Israel Rojas, la CABEZA es la qué hay que rescatar con urgencia y si es hasta necesario hacer el injerto.

(Tomado del perfil en Facebook de Joaquín Betancourt Jackman)

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