En estos días he tenido mucho tiempo para pensar y cuestionarme esta cruda realidad de 2020. ¿Qué pasa si nada de esto es real, si nos encontráramos en un sueño? Las pesadillas terminan en el momento en que despertamos, y desde ese instante solo permanecen en nuestra memoria como un mal sueño. Así recordaremos estos meses dentro de unos años.
En un mal sueño se convertirá este coronavirus que tanto daño está haciendo. Mientras tanto, debemos tener claro que esto que vivimos no es una ilusión. El dolor, las muertes y la amenaza inminente de la COVID-19 son reales. Pero no debemos perder los estribos.
Hago memoria y el pasado parecía perfecto, a pesar de que estábamos inconformes todo el tiempo y perseguíamos nuestras metas. Y cuando trato de imaginar el futuro, mi mente permanece en blanco. No quiere decir esto que no sepa qué hacer, sino que trato de imaginar de qué forma lo haría.
Este mal sueño dejará su huella en la humanidad, nos condicionará los primeros meses luego de su desaparición, entonces tendremos que ser verdaderos soñadores para continuar con nuestras vidas, como si esto no hubiese ocurrido. Parece un chiste, hasta corona tiene la epidemia que tanto dolor causa por estos días. El villano cree tener un reinado totalmente controlado porque sus súbditos, los humanos, están en casa y las calles están casi vacías.
Para su desgracia la vanguardia de batas blancas son un ejército valiente capaz de enfrentar las más dañinas amenazas. Si lo hizo con el ébola, la fiebre amarilla, y todas las enfermedades desde el principio de los tiempos, no será en esta ocasión, diferente.
Volveremos a nuestras vidas cotidianas, a nuestros trabajos, universidades y pasiones. Retomaremos ese imperfecto pasado que ya no parecerá tan defectuoso. Lo veremos como un paraíso, aunque siempre recordaremos ese mal sueño en el que un virus dominaba la Tierra, pero ese soñado final, debemos escribirlo nosotros mismos.
Muy buen trabajo. Digna de una futuro periodista.