Banco Metropolitano de Línea y Paseo. Son las siete de la mañana y una larga fila de más de 40 personas aguarda por la apertura, fijada para las 8:30 a.m. Mientras transcurre el tiempo, muchos de los presentes intercambian sobre sus experiencias en otros establecimientos similares. En la mayoría de los casos, no son halagüeñas. Largas colas, desorganización, lentitud en la entrada son algunos de los problemas que más comentan quienes se disponen a realizar, durante esta jornada, algún trámite en esa institución. 

Foto: Cubadebate

En el mismo lugar, una batería de cinco cajeros automáticos recibe a decenas de personas. Los sonidos interminables de cada botón indican que las operaciones son válidas. Los usuarios realizan las extracciones y se marchan uno tras otro, al tiempo que una muchacha joven, con uniforme y escoba en mano, limpia los desechos de las indisciplinas nocturnas.

La incertidumbre junto al desespero por poder entrar se va apoderando, poco a poco, de quienes imaginan que tendrán otra jornada “larga” para poder iniciar o concluir alguna gestión importante. Sus experiencias anteriores así lo presagian. A veces han sido horas, comenta uno de los primeros en llegar.

El “Buenos días” de una mujer cuarentona comienza a disminuir tensiones, mientras solicita a un grupo de personas, organizadas a su derecha, que entren en silencio hacia el local. “Son los bodegueros”, dice alguien para que la cola entienda porque son los primeros.

No ha pasado un segundo y la misma empleada pide “por favor”, que pasen los primeros de la “cola oficial” y se detengan “un momentico” frente a una computadora. Allí, mientras les mira a los ojos a cada quien, va preguntando qué trámite va a realizar y escribe algo en la máquina. “Estos son sus números, siéntese, será llamado”, le dice mientras le entrega, a quien pide ser atendido por la Caja y la Banca Comercial, dos pequeños papelitos con un número.

Un televisor, en lo alto del salón climatizado, va pasando continuamente información sobre los servicios que brindan, hasta que de pronto, un sonido leve, pero armonioso, indica en la pantalla: “Cliente 7, Caja 9, Moneda Nacional”. 

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Seis palabras y una atención inmediata. El trámite ha sido expedito. Paga y vuelve a sentarse. De nuevo el leve sonido desde lo alto y... “Cliente 8, Banca Comercial, Extraer tarjeta”. No lo puede creer. Solo fueron 20 minutos en el Banco Metropolitano de Línea entre Paseo y A, en el Vedado. La combinación entre tecnología, organización y buenos deseos lograron ¿el milagro? de la eficiencia. La Habana necesita extender esta experiencia