Los relatos parecen de ficción. Se dice que en el reparto Flores, en las proximidades de la tienda, los coleros recurren a un método inusual: ante la cercanía de la patrulla o el aviso de su proximidad, trepan a los árboles y se escoden entre las ramas.
También en el municipio de Playa, comentan testigos, cerca de la tienda Almiquí, un grupo de personas se esconden en el pasillo de un centro laboral, se cambian de ropa, dejan allí las mochilas cargadas y vuelven a la cola, por más productos.

En Centro Habana, donde los residentes recibieron una identificación temporal por cada vivienda, la tarjeta pasa de mano en mano, pues en las tiendas no se lleva el registro de quién ya compró o no, ni se ha extendido el uso de la aplicación móvil diseñada al efecto.
NEURONAS EN ACCIÓN
A la par de las anécdotas, llegan propuestas. Por ejemplo, Lázaro V., de Centro Habana, propone que, si bien no son productos normados ni controlados, de común acuerdo con el Ministerio de Comercio Interior–y con Pánfilo–, se anoten en las libretas de abastecimiento, para evitar acaparamiento y la reventa, permitiendo el acceso de más personas a los limitados alimentos disponibles.
En su mensaje, Lázaro agrega que podría pensarse en una fórmula de productos para una semana o 15 días, de manera que no sean siempre los mismos quienes los adquieran una y otra vez, en detrimento de otros, tal vez más vulnerables por su edad o enfermedad.

Desde Playa, una pareja de médicos jubilados, que respeta seriamente los llamados al aislamiento físico, se enfrenta al dilema del agotamiento de las reservas domésticas y la imposibilidad de reponerlas. Ante ello, sugieren apropiarse de la variante que emplea el Banco Metropolitano para el cobro de los jubilados: días y horarios preferenciales, que facilitan la vida de nuestros mayores. Esa opción, en la segunda provincia con mayor número de personas de la tercera edad del país, debería considerarse, incluso para tiempos post COVID-19.
Hasta el momento, se han usado alternativas de ampliación de puntos de venta, estudios para alcanzar la equidad en la distribución y ventas de módulos, pero no se ha dado en el clavo, sobre todo, cuando es poco para repartir entre muchos. País, instituciones, gobiernos locales y cadenas: si, como todo indica, la ciencia le está cogiendo la baja al SARS-CoV-2, aplicando modelaciones, estrategias y anticipándose a los acontecimientos, cómo no podremos, tal vez construyendo de forma colectiva, acorralar a este fenómeno, ya bautizado por la sabiduría popular como “colonavirus”.
Quiero hacer un reconocimiento a los trabajadores del Minin o los militares no se a que pertenecen que están prestando servicios en la tienda la Barrena municipio Boyeros reparto Pan América ,por el buen servicio y trato hacia los clientes que compramos en esa tienda ,son educados eficientes y respetuoso hago un llamado también para que se les permitía comprar en la tienda ya que ellos tienen familia y por lo que estuve hablando con ellos no se les permite comprar y les prometieron una Java de comida y haceo y todavía no le an entregado nada, llevan más de 3 meses cumpliendo con un servicio ejemplar y no le dan nada a ellos ,ellos son parte de un pueblo que cuida y mantiene el orden espero que reconozcan el trabajo que están haciendo.
Mas de lo mismo ni el Mincin y las Tiendas TRD son eficientes ni estan a la altura de las circunstancias ni el Comercio on Line, Tiendas Virtuales o como quieran llamarlo funciona ni desde el sitio web p el extranjero enviocuba.ca muchas reuniones
Deben organizar mejor, menos reuniones menos jefes menos justificaciones y hacer las cosas bien no es tan complicado, pero el ser humano es quien lo complica. Pasa el tiempo y seguimos hablando del Mincin Las TRD y las compras on line y el resultado que se espera no aparece. Se agradece el esfuerzo de algunos compañeros, pero si no "halan parejo" como se dice en buen cubano no avanzaremos y seguiremos hablando, justificando y no haciendo.
En las provincias se opta por la venta de módulos a los trabajadores aún que aun no es suficiente ya que de la población son los de menos tiempo para hacer una cola. Muchos centros laborales aun no gestionan dicho modulo y obligan al trabajador a ausentarse para buscar comida. Ej empresa bebidas y licores Camagüey
Los aseguramientos familiares son el mayor riesgo de contagio y siguen siendo la fuente y pretexto para la delincuencia. En cualquier comercio pueden identificarse a "los coleros", mayoritariamente mujeres, de característico comportamiento social y gregario, maneras amenazantes y agresivas si es necesario, intimidantes. Siguen comprando y acaparando alimentos, detergentes, champú, jabones... todo lo que puedan. Alquilan vehículos y se reparten por toda la ciudad con movilidad, regreso y almacén "volante" garantizado. Es a la vista. No entiendo que pasa que no se actúa con más energía y efectividad. Esto pone en ridículo los esfuerzos del gobierno por controlar, desanima al ciudadano honesto e irrita y molesta al trabajador que no puede gastar su tiempo en hacer colas. ¿Hasta cuándo?