En homenaje al 167 aniversario del natalicio del más universal de los cubanos, José Martí, miles de jóvenes se reunieron en la emblemática escalinata de la Universidad de La Habana para desfilar con antorchas en las manos. El encuentro estuvo marcado por la alegría juvenil y el sentimiento revolucionario que caracteriza a las nuevas generaciones, que recuerdan a sus héroes y el legado patriótico de las luchas por la independencia.

Magnífica se mostraba la escalinata llena de luces y banderas cubanas; esa que en otros tiempos vio desfilar a nuestro eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, y a numerosos revolucionarios que estudiaban y se formaban con los más altos valores humanos y éticos.

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

Un pase de lista simbólico a los mártires de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y la colocación de una ofrenda floral en el monumento a Julio Antonio Mella, en las inmediaciones de la Casa de Altos Estudios, antecedieron a la peregrinación, que estuvo encabezada por  el General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República, junto a otros dirigentes políticos y de masas.

Los versos del poeta nacional Bonifacio Byrne estuvieron en boca de los pinos nuevos una vez más cuando, comprometidos con la historia y el actual contexto nacional e internacional, afirmaban: “Si deshecha en menudos pedazos, llega a ser mi bandera algún día, nuestros muertos alzando los brazos, la sabrán defender todavía”.

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

El presidente de la FEU, José Ángel Fernández Castañeda, habló en nombre de sus compañeros cuando destacó que se mantendrán vigilantes y alertas, no traicionarán jamás el legado revolucionario y continuarán con nuestro gobierno hacia la construcción del socialismo. De igual forma, rechazó las injerencias antimperialistas y las amenazas.

“Hoy, como en muchas otras ocasiones, marchamos en cuadro apretado”, agregó Fernández con la convicción de que ningún ultraje a Martí quedará sin respuesta.

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

A la juventud de todas las universidades de La Habana se sumaron niños, adultos mayores y ciudadanos de otros países amigos de la Revolución en la marcha hasta la Fragua Martiana. Familias casi completas desfilaban porque sentían a Martí como suyo, como el alma de la nación que los vio crecer y los educa para un futuro próspero y sostenible.