“Nuestra misión es crear una doctrina con relación a la salud humana, demostrar un ejemplo de lo que puede hacerse en ese campo que es, desde luego, el más sensible para cualquier persona en el mundo”
Fidel Castro
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a propuesta del Secretariado Nacional del Sindicato de trabajadores de la Salud, aprobó instituir por única ocasión, el sello Mérito al humanismo, sensibilidad y solidaridad. El objetivo es potenciar el reconocimiento moral, para estimular a los trabajadores y colectivos que se han destacado en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19 y que han mostrado una actitud ejemplar y consecuente con los principios revolucionarios.

En el teatro del Hospital Clínico-Quirúrgico Docente Dr. Salvador Allende (conocido como La Covadonga), recibieron este reconocimiento, en emotivo acto, 158 trabajadores de los departamentos de Epidemiología y Enfermería.
En entrevista con Tribuna de La Habana, la doctora Milena Vázquez Martínez, directora de la instalación sanitaria resaltó: “…este hospital, es uno de los que a lo largo del proceso revolucionario ha asumido diferentes epidemias que han provocado enfermedades como el dengue y la conjuntivitis hemorrágica. En el caso específico de este virus, hemos tenido que adecuar el trabajo para atender a los sospechosos y enfermos. Considero que las enfermeras son el corazón del hospital, pues, además de ejecutar las indicaciones de los médicos, son las que acompañan al paciente, sus sicólogas. Esta enfermedad da una sensación de soledad al que la padece y esta barrera se rompe con la solidaridad y el humanismo que caracteriza a todo el personal de la Salud. La disposición se hizo presente en todos. No sabíamos lo que iba a pasar, era un virus desconocido, sin embargo, dejaron atrás a familiares que incluso, en muchos casos, no volvieron a ver hasta después de un mes, para cumplir con los protocolos sanitarios. Ha sido muy dura la experiencia, por eso hoy es un día feliz, de regocijo. Es un reconocimiento a todos, pero también a la Revolución que tanto empeño ha puesto…”.

“…Fue muy difícil, porque al principio teníamos un total desconocimiento de la enfermedad, pero aun así, dimos lo mejor de nosotros, y avanzamos…”, nos comenta la licenciada Anllyleydys Doval Vázquez, jefa del Departamento de Epidemiología, y visiblemente emocionada, agrega: “…Hemos tenido que sacrificar mucho. En mi caso, estoy al cuidado de mi hijo de 12 años, porque su papá es médico también y se encuentra cumpliendo misión en Angola. El niño ha mostrado mucha comprensión, sabe que mi función es importante para salvar vidas. Ha sido una experiencia difícil, pero a la vez bonita, sentimos dolor ante cada pérdida, pero una gran satisfacción por cada paciente recuperado y dado de alta…”.

Por su parte la carismática jefa de enfermeras, la licenciada Yamila Durrutí Machín, con la alegría que provoca el deber cumplido, expresa:”…Cuando comenzó la pandemia, tuve que asumir la tarea de dirección del departamento. La etapa inicial fue muy compleja porque no conocíamos la enfermedad. Tuvimos que organizar los tratamientos y el personal. Implementamos grupos que trabajan ininterrumpidamente durante 14 días, salen a aislamiento durante 14 días más, es decir, sin ver a la familia durante un mes. Tengo dos hijas de 12 y 15 años y tuve que buscar el apoyo de mi familia, porque eran jornadas muy largas en el hospital. Cuando algún enfermero se contagiaba, entrábamos a la zona roja a darle ánimo y apoyo. Sentimos miedo, pero se impuso el altruismo. Ahora me siento más humana y solidaria. A la población le pedimos que se cuiden, que sean disciplinados, aún no se ha ganado la batalla…”.

Con 23 años de experiencia como enfermera, que incluye una misión internacionalista en el hermano pueblo de Angola, la licenciada Tailyn Solar Campohermoso, expresa: “Ha sido una experiencia dura y dolorosa, porque este virus nos ha arrebatado vidas. Nuestra complacencia la tenemos en el diario batallar por cada paciente, no escatimamos esfuerzo, ni recursos. Al igual que muchas de mis colegas, tuve que buscar alternativas, por mi condición de madre, para cumplir con la tarea. Han sido jornadas intensas donde prima el amor a la vida y la pelea contra la muerte…”.
El mejor homenaje para estos valientes, es la responsabilidad que asumamos cada uno de nosotros. Tengamos como máxima de que la confianza es aliada de la COVID-19 y cumplamos con las medidas higiénico-sanitarias.

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