Foto: Abel Padrón Padilla

Resulta un tema referente y habitual la precaria situación del saneamiento en la capital, particularmente en el interior de barrios y localidades. El asunto todavía pendiente continúa en la mira y accionar de los factores y población.

A pesar que los compañeros de Servicios Comunales hacen ingentes esfuerzos por recoger periódicamente los desechos sólidos ubicados en contenedores en las calles, no siempre, por múltiples razones, se logra la requerida sistematicidad que ello precisa.

Asimismo, existen otros elementos que conspiran con la higiene y el proceso de limpieza que necesitan los territorios habaneros. Por doquier pueden constatarse microvertederos que generan vectores a su alrededor y particularmente en el entorno de viviendas e incluso de instituciones escolares, entidades laborales y otros centros de interés social.

De igual manera, está presente en las comunidades la indisciplina social, en ocasiones personas negligentes e inconscientes colocan jabas de basura en arterias, esquinas y áreas verdes, no contempladas para ese fin, y alejado de los puntos de recepción de los contenedores (muy insuficientes todavía, según densidad poblacional) asignados en las zonas.

También la problemática de higienización se extiende a salideros en las calles, no siempre de aguas limpias, se observan derrames de aguas albañales como el presente en la calle Clavel y Piñera en el municipio de Cerro que data de alrededor un año, quizás más.

Al respecto, vecinos, victimas del hedor que destila dicho salidero que cada día transita por el frente de sus hogares, señalan que en determinadas ocasiones han venido especialistas del sector a valorarlo, -quizás sin las herramientas o recursos necesarios-, pero el problema sigue latente, y hasta los momentos actuales no se vislumbra la solución definitiva. Y esa problemática ha incidido en hendiduras y acumulación de desechos en el pavimento el cual hace pocos años, fue objeto de reparación.

La inmensa mayoría de los parques o áreas de estar sufren considerable deterioro en su estructura, bancos, lámparas y bombillas desaparecidas o con roturas, muros que delimitaban espacios de recreación para los niños, destruidos, y parte de su entorno cubierto de desechos de los que con el viento se dispersan entre sus alrededores, causando daños medioambientales. Y situaciones de este tipo se visualizan en disimiles puntos de la ciudad.

Problemáticas de esta índole pueden percibirse con solo adentrarse en áreas de los municipios capitalinos, y en lugares de la periferia se agudiza con solares yermos e inhóspitos utilizados como vertederos, sin ser concebidos con ese propósito.

Hay comprensión del déficit de recursos, de la fuerza de trabajo, y del agobio constante que representa y provoca el criminal bloqueo económico del gobierno de Estados Unidos con recrudecimiento del asedio, más prohibiciones y obstáculos de todo tipo para las transacciones comerciales con la Isla lo cual afecta todas las estructuras socio-económicas del país, y, por ende, los servicios.

Pero aun en este complejo contexto internacional es imprescindible a lo interno de los territorios, encontrar soluciones, aprovechar al máximo sus potencialidades con colaboración decisiva de organismos y entidades del municipio, y continuar analizando las causas del deterioro escalonado que esta actividad de saneamiento integral ha alcanzado.

Esta es una de las asignaturas que los habaneros y quienes residen en esta provincia, temporal o de forma permanente, no hemos logrado aprobar. Hemos ido de remedial en remedial, y lamentablemente no conquistamos la nota satisfactoria que todos anhelamos.

No obstante, confiamos en la voluntad política y la sensibilidad con el tema de nuestros compatriotas y autoridades por resolver, más temprano que tarde, esta tarea que a todos los factores del territorio preocupa, y ocupa.

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