Tal y como indicaban la inmensa mayoría de los vaticinios, la natación cubana dijo adiós este lunes a los XXXII Juegos Olímpicos de Tokio, luego de la rápida eliminación de sus dos representantes: el habanero Luis Vega en los 200 metros mariposa, y la guantanamera Elisbet Gámez en los 200 metros libres.
Ambos competidores finalizaron en el último puesto en sus respectivos heats eliminatorios y no pudieron aprovechar la ocasión para mejorar sus propios registros, como única meta que muchos seguidores y no pocos especialistas presagiaron como alcanzable.
Gámez paró los relojes a los 2:00.56 minutos, y no pudo mejorar su récord personal de 1:58.55, mientras que Vega estuvo más cerca de su principal marca, pues selló su actuación con 1:59.00 minutos, y su más destacado desempeño es de 1:58.58.
Como nota preponderante en general, en los heats preliminares, sobresalió el húngaro Kristóf Milák, quien en el mismo estilo y distancia en que se presentó Vega consiguió un 1:53.58, como para anunciar sus intenciones de romper el récord olímpico de la especialidad, en poder de Michael Phelps (1:52.03, Beijing 2008) e, incluso, de superar la primacía mundial, impuesta por el mismo Milák (1:50.73) hace dos años.
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