Desde los años 80 del pasado siglo el cantautor cubano Gerardo Alfonso comenzó su vida artística en la Nueva Trova; desde entonces se ha entregado en cuerpo y alma a la música, y gracias a ello hoy posee una extensa obra con valiosas canciones, que sin dudas han enriquecido la cultura cubana.

Debido a la pandemia provocada por la COVID-19, que ha cambiado la vida de todos, el reconocido músico tuvo que confinarse en su hogar, pero desde allí siguió trabajando y ha intentado mantener el contacto con el público. En una entrevista en exclusiva con Tribuna de La Habana nos cuenta sobre su labor en esta etapa, entre proyectos y sueños.

¿A qué se ha dedicado en este tiempo de pandemia?

-Bueno, durante la pandemia he estado trabajando en letras de canciones que había descuidado u olvidado, algunas que he tratado de mejorar y actualizar, he compuesto nuevas canciones, y he estado trabajando en la música de estas canciones. También he compuesto músicas a las que les debo poner letras, he estudiado un poquito, he leído algo...

Desde abril estoy subiendo para mi canal de YouTube cuatro canciones todas las semanas, los martes y los viernes, dos cada día, nuevas y viejas, buenas, excelentes, regulares,…en un ejercicio de estima y constancia, en el que todo producto artístico generado por mí tiene un valor cultural o de uso, o sentimental, para alguien en este mundo dispuesto al disfrute de mis canciones”.

Cuéntenos sobre su disco La ruta del Esclavo y la participación de la UNESCO

- La UNESCO a principios de los años 90 se dedicó a escudriñar y organizar la ruta del esclavo, es decir, el recorrido que hicieron los esclavizados en una diáspora desde África hasta la América y el Caribe en esa condición. Hicieron un estudio profundo y a eso le llamaron La ruta del esclavo, donde hay muchos países implicados y Cuba tiene hasta un museo en la Ciudad de Matanzas con ese nombre.

“La historia es bien larga, pero yo tomé ese nombre para compilar algunos temas relacionados con la esclavitud y la negritud, que ya tenía hechos y compuse otros tantos. Precisamente ahora estoy terminando el CD La ruta del Esclavo, el cual es un viejo sueño. Son 15 canciones de diferentes épocas que aluden a temáticas relacionadas con la racialidad, desde diferentes puntos de vista.

“Es un álbum de entretenimiento y reflexión que abarca, desde el punto de vista musical, muchas aristas de origen afrodescendiente, aunque no es un disco folklórico. Los géneros en su mayoría son cubanos y caribeños, hay cantos Arará de las manos de Daisy Brau y Obba Aré Amlé, están los géneros míos O´changa y Guayasón, y hay algo de música urbana por ahí.

Fue producido y arreglado en su mayoría, por el músico y director Joaquín Betancourt, lo que garantiza calidad en la producción del fonograma, y financiado por la UNESCO, que le dio a la EGREM la potestad de producir ejecutivamente el proyecto.

Este había surgido hace 11 años exactamente. A falta de interés de algunos, hace más de ocho años le pedí apoyo a la UNESCO para hacerlo, y hace cinco años ellos empezaron a conversar con la EGREM como garante del proyecto y por fin se materializó con un financiamiento.

En La ruta del Esclavo no solo está mi disco, también hay estudiosos de la transmisión de la herencia y cultura africana en Cuba y participan grupos folklóricos del país. Iba a hacer una gira nacional pero la pandemia lo impidió. Estoy a punto de terminar, pero se presentaron inclemencias que han retrasado el final del proyecto”.

Otro de los viejos sueños inconclusos de Gerardo Alfonso es su libro Cantarle a La Habana, cuya idea inicial surgió en 2012, cuando la doctora Graciela Pogolotti lo invitó a participar en un evento dedicado a La Habana que ella organizara. Meses después le propuso que hiciera un libro sobre las canciones que habían sido dedicadas a la ciudad. Sobre este tema el artista refiere:

Cantarle a La Habana es aquel libro que casi termino sobre las canciones que se le han hecho a La Habana. Logré compilar más de 490, por ahí. Iban desde la canción más antigua que encontré, de Sebastián Iradier, La paloma, del siglo XIX, hasta la más joven de un compositor amigo de mi hijo Tobías, Eduardo O´Burque.

“El libro pasa por todos los géneros de música, desde la clásica, coral, popular en todos los sentidos; son de muchos artistas del mundo, canciones por ejemplo de Azerbaiyán, suecas, o americanas de la época de la ley seca en Estados Unidos;  hay también muchas canciones cubanas de orquestas bailables, de trovadores, rockeros, boleristas. En fin, un mundo de artistas que radican en Cuba y en la diáspora, o sencillamente fuera de todas las ideologías, pero con el mismo amor a La Habana.

Estos artistas pretendí que tuvieran fotos y fichas en el libro y en este sentido se complicó, pues por pretender hacer el libro en colores se hacía muy costoso, y el propósito era para consumo popular, de modo que por el costo de producción había que poner un precio poco accesible para la población, y ahí se trabó el paraguas.

La editora que me ayudó con toda esta producción es Jamila Medina, quien hizo todo lo que pudo y lo que no pudo por sacar adelante el libro, pero no se ha logrado. La editora Unión de la UNEAC es la que auspicia y produce este trabajo y está maniatada con la paradoja del gran libro y el gran costo. No se ha encontrado una solución. Aunque se hacen canciones todos los días a La Habana, (porque esta ciudad es una de las más cantadas del mundo, junto a New York, Río de Janeiro y París), por lo que no se pondrá viejo el proyecto, porque es clásico y es precioso. Así que sea la suerte quien pueda sacar este hermoso trabajo”.

¿Y cuáles son sus proyectos futuros?

Del futuro inmediato no tengo muchas perspectivas. La pandemia creó un nuevo modo de manifestarse, de convivir, de realizarse y la zona de confort que antes era más fácil violentarla, ahora es muy sólida, como consecuencia de quedarse en casa, y desde aquí, estoy más atento a lo que pasa, a través de los medios, y quisiera que la normalidad alcance a la economía, para poder convocar a mis músicos para hacer algo, tocar, pero sin dinero es muy complicado, porque hay que mover muchos recursos, entre ellos a uno mismo, y todo está mucho más caro. En fin, este es otro tema.

Mi hijo Tobías está contemplando la idea de producirme un disco, de O´changas, se llama Diosas y dioses, lo cual me parece una gran idea, me encanta y sé que va a quedar genial, pero no quiero robarle su tiempo, ...por lo demás, Watching the Wheels, como diría John Lennon”.

Video de Gerardo Alfonso desde su casa

Video de Sábanas Blancas

Ver además:

La Habana hecha canción

Centros Culturales de Artex La Habana, tras una experiencia

Jóvenes martianos en Consejo Provincial