Ofertar servicios con la calidad requerida debe constituir una máxima de cualquier trabajador del sector y una muestra de respeto a los consumidores.
En la capital continúa el enfrentamiento a acciones que laceran la sensibilidad de los clientes y un ejemplo elocuente de ello fue la acción de control realizada por la Dirección de Inspección de La Habana Vieja en el punto de venta ubicado en la intersección de las calles Cuarteles y Cuba, en la que se detectó a un trabajador por cuenta propia en la actividad de carretillero, ofertando productos mango y maíz con una pésima calidad, tal como se muestra en las foto de portada y en la siguiente.

Por ello, y al amparo del Decreto 30 Artículo 7 inciso b), el grupo de inspectores que participó en la acción notificó al infractor con una cuantía de $8000.00 CUP y la obligación de cese inmediato de la venta.
(Tomado del portal del Ciudadano de La Habana)
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Pues deberían recorrer toda la ciudad de manera permanente y sin aviso, porque el abuso y falta de respeto es en todas partes.
Bravo por los inspectores de la Habana vieja, ojalá los imiten el del resto de los municipios y que los periodistas también lo divulguen. Yo vivo en el reparto Electrico en Arroyo Naranjo y he visto horrores que no ven ni el personal que los dirije , ni los inspectores. Yo trabajé en Comercio muchos años y los productos se declaraban no aptos para vender a la población cuando tenían slgun deterioro. Ahora los dejan en las tarimas para si llega algún zurdo a comprar y se los venden. La ternura se está acabando., hay que arremeter contra lo mal hecho para que perdure .
Espero que alguien les estos comentarios para que se entere lo que pasa y piensa la gente. Por qué no se publica el nombre del que estaba vendiendo productos en mal estado?. Es como si quedara en el aire la sanción, lo importante es que se sepa que se tomó tal medida y en concreto a quién, para que deje alguna enseñanza a los demás violadores que existen. Un producto que se vende por la libre en cualquier lugar, llegan algunos y compran una cantidad que se sabe que es para revender en la esquina. Tendrán licencia para vender, pagarán sus impuestos, deben justificar cuánto y dónde compraron???. Quien controla esto?. Después Ud llega y se acabó el producto.
Revisen además, las características del pan, no digo calidad, es pésima, los embutidos de color indefinido, que llega por la canasta básica. Las nuevas formas de corrupción en las colas de los módulos, donde van de nuevo las mismas personas para su reventa posterior. Pues la organización inicial con el bodeguero, se acabó,
Esto que ponen en el artículo es tema viejo, y como alguien dice en su comentario pasa en las placitas de los municipios, que por ej el día y a la hora que pasan los inspectores que por demás los vendedores saben días y horarios de su recorrido, serían los únicos días de una compra más o menos y que dicen de las pesas ¡¡, no han acabado de poner el producto y ya dicen el precio, hay que tener un corazón bien fuerte para soportar tanta y tanta indolencia en todo y a esa hora del disgusto no pasa ni un inspector, por favor, echan a la pelea a los más vulnerables ¡¡