Cuba celebra hoy el Día del Árbol y del Trabajador Forestal, dos fechas en esencia inseparables. En diferentes espacios, urbanos y rurales, se siembran árboles, se reconocen el esfuerzo y los resultados en una labor que es tan medioambiental como productiva.

Desde hace unos meses el tema del arbolado urbano en la capital ha estado en el tapete como nunca antes, motivado por la tala indiscriminada, las podas excesivas y una visibilidad sin precedente de estos asuntos, que indica varias aristas: es una realidad que urge atajar, remediar y explicar, por un lado, mientras por el otro, el necesario interés y compromiso de las personas con su verde.

Paralelo a acciones de tala y podas -no siempre justificadas ni correctas-, La Habana ha venido incrementando durante años el índice de bascosidad, hasta alcanzar en la actualidad más del 18 %.

Se espera que la atención a la reforestación, el manejo integrado del bosque y la voluntad del país, hagan posible que este indicador siga creciendo.

La diversidad biológica, la recuperación de la biodiversidad en las zonas costeras, la forestación de las fajas hidrorreguladoras, el mejoramiento del uso, cuidado del agua y el suelo, la producción de alimentos y de recursos maderables, también han sido elementos determinantes para que la provincia alcance satisfactorios resultados integrales.

Si esas plantas recién sembradas, de escaso porte, no son atendidas diariamente, correrían el riesgo de no sobrevivir. Foto: Proyecto Urbanismo sostenible en facebook

No son pocas las entidades involucradas de una forma u otra con el verde de La Habana. Entre ellas, la Empresa Agroforestal es responsable desde la administración de bosques, producción de alimentos y recursos maderables hasta los servicios de jardinería que dan valor social y embellecen el entorno.

Por su parte, la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), ejecuta actualmente en la empresa mencionada varios proyectos de colaboración financiados por Euskadi-Cuba, del País Vazco, con un alto compromiso en pos de los resultados previstos.

Según explicó Egidio Páez Medina, presidente de la filial Habana de ACTAF, con el apoyo de estos proyectos, la asociación desarrolla cada año concursos habituales para niños y jóvenes, con el de fin de sensibilizar acerca de la importancia del árbol y ganar conciencia sobre la relevancia del sector agrario y forestal.

"En los concursos Conciencia Verde y Mi Programa Verde, con modalidades de literatura y artes plásticas y categorías por edades, participan centenares de niños y jóvenes de todo el país", destacó Páez Medina.

En la provincia de La Habana se desarrolla además un importante programa de rescate y fomento de los frutales, atención a las áreas protegidas, aserrado de árboles, obtención de postes y carbón vegetal, comercialización de leña combustible y cujes para el tabaco.

Verde que crece

Recolección de semillas en plena ciudad. Foto: Proyecto Urbanismo sostenible en facebook

Hay que adentrarse en las fincas forestales que bordean a la capital para reconocer el esfuerzo de quienes hacen crecer el bosque, dice el presidente de ACTAF Habana. Por citar un ejemplo, destacó, en lo que antaño fuera el patio de chatarra de Antillana de Acero, en el Cotorro, resurge la vida en varias fincas forestales, afectadas desde el punto de vista ambiental. "Aún quedan vestigios de los metales; sacarlos para usar el suelo fue el mayor de los retos; sin embargo, la voluntad y el trabajo duro de mujeres y hombres de las fincas forestales, han posibilitado la transformación de estas áreas". En el desarrollo de estas fincas, puntualizó, tienen una importante contribución proyectos de colaboración que abarcan unas 13 fincas y los programas de capacitación que se acometen para ampliar los conocimientos en estos propósitos.

Aunque el pasado 2020 y este 2021 han sido años muy difíciles, municipios como Marianao han logrado aunar voluntades para presentar y lograr la aprobación de un proyecto, mediante el cual utilizan, a través de la ACTAF, el presupuesto asignado por el Fondo de Desarrollo Forestal, para facilitar la capacitación en materia de reforestación.

En ese camino, de conjunto entre la ACTAF y su órgano de relación, la Delegación Municipal de la Agricultura, se trabaja en un grupo de fincas como Bella Lisa, 30 de noviembre, La Escondida y otras que muestran ya los primeros resultados.

Según destacó, entre los avances se encuentra la articulación lograda en este territorio con el Instituto Pedagógico Superior Enrique José Varona y varios proyectos comunitarios como Akokan y el Taller de Transformación del barrio.

Sin embargo, solo la continuidad de estas acciones, el cuidado de lo que se siembre, la certeza de que se tale realmente lo imprescindible y el compromiso de la ciudadanía podrán hacer que el 18 % de boscosidad sea un punto de giro hacia una ciudad más verde.

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