“Poner la justicia más alta que las palmas”.
José Martí
Con un pase de lista de los próceres de la Patria, dio inicio el acto solemne de Toma de posesión de Jueces Profesionales Titulares de los órganos de justicia de La Habana.
La ceremonia tuvo lugar en el Museo de la Revolución y coincidió con el aniversario 64 del desembarco del Yate Granma, en el memorial que lleva su nombre.
Se encontraban presentes María Teresa Licea Ibáñez, funcionaria del Comité Provincial del Partido; Ana Rosa Granda Esteban, secretaria del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); Farah Maritza Salcedo, vicepresidenta del Tribunal Supremo Popular; así como otros dirigentes del Partido y el Gobierno de La Habana, integrantes del Consejo de Gobierno del Tribunal Provincial Popular (TPP), presidentes de los Tribunales Municipales, estudiantes de Derecho de la Universidad de La Habana y familiares de los Jueces.

Dando cumplimiento a la tradición que ha llegado hasta nuestros días, Jojanier Sierra Infante, presidentedel Tribunal Provincial, tomó el juramento de los jueces como un compromiso, servicio y responsabilidad. Patentizando el deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución Socialista, con la ética judicial, y desempeñar su función con modestia, disciplina y seriedad.
Los Jueces que juramentaron sus respectivos cargos, firmaron el Acta de Toma de Posesión, documento oficial que da fe de la materialización de esta investidura. Asimismo rubricaron el Código de Ética Judicial, obligación que asumen desde el primer momento de su nombramiento.
Posteriormente, fueron investidos por el presidente del Tribunal Provincial Popular (TPP), con la Toga, vestuario que llevarán en los actos judiciales, donde dignificarán con su actuación, sentido de justeza, independencia judicial, imparcialidad, humanismo, honestidad, así como su transparencia y apego a la ley.
Alberto García Nodal, Juez Profesional Titular del Tribunal Municipal Popular de Guanabacoa, a nombre de los jueces que tomaron posesión de sus cargos, expresó: “…La sociedad cubana demanda a los Tribunales cada día más transparencia, más calidad en nuestra actuación, mayor probidad de nuestras decisiones. Ahora más que nunca debemos ser devotos de la justicia, pues nuestra Constitución exige un papel activo del sistema judicial en la defensa de los derechos y el cumplimiento de los deberes…” Reafirmó también “…En nuestras manos está el sostenimiento del Estado de Derecho que hemos convenido en edificar y seremos celosos guardianes de esa promesa…”
Tribuna de La Habana tuvo la oportunidad de conversar con tres de las Juezas presentes en el acto.
Dairis Rodríguez Gómez, visiblemente emocionada, expresó: “Llevo ejerciendo como juez, desde que me gradué hace 17 años y he desempeñado diferentes funciones dentro del sistema como jueza de familia y presidenta del tribunal municipal. Por mi labor he sido promovida a la Sala 1era. de lo Civil y lo Administrativo del TPP. Ha sido un reto muy grande, he formado mi familia aparejado a mi función judicial, pues mis dos embarazos los he llevado a término en el tribunal. Considero que esta labor es muy humana, responsable y racional. Definitivamente, si volviera a nacer, volvería a ser juez”.

Graduada en el año 2019 en el curso por encuentros, Mariela Fernández Hernández, nos comentó: “…Cuando me gradué tuve ante mí, un campo de posibilidades para ejercer el derecho. Siempre me ha gustado la labor judicial y me presenté al examen de oposición, al aprobarlo me vinculé al Tribunal. Me identifico más con la visión del juez por las posibilidades de impartir justicia. Mi meta es convertirme en una jueza integral. Estoy muy agradecida a la Revolución, porque aún con mi origen humilde, me ha dado esta oportunidad, prueba de su grandeza…”.

Rosalí Mendoza Yuri, quien fungía como secretaria en la sección penal, mientras estudiaba la carrera de Derecho nos explica que:
“…Ser Juez es una profesión de entrega, responsabilidad y compromiso con la sociedad. Al estar vinculada directamente al Tribunal comencé a amar esta función. Impartir justicia es una tarea noble que emana del corazón…”

Constituye un momento trascendental para la vida de estos jueces, en los que Cuba se renueva, se reordena y se desarrolla, pero los cimientos se mantienen fuertes. En sus manos está, también, el sostenimiento del Estado de Derecho, del cual deben ser celosos guardianes.
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