Fayad Jamís fue un escritor y artista de las artes plásticas que aún niño es traído a Cuba desde su natal México. Participó en el movimiento llamado Grupo de los Once, a través del cual muchos artistas se reunían con el fin de intercambiar ideas y de planificar un mundo mejor.
En 1954 se mudó a París junto a su esposa e hija. Allí conoció a André Breton, una de las figuras fundamentales de la poesía francesa del momento y del movimiento surrealista. También de esa época datan algunos de sus poemas más famosos, como Vagabundo del Alba, el cual dedicó a Nicolás Guillén.
Nueve años más tarde regresó a Cuba para colaborar con uno de los acontecimientos más importantes de la historia de su tierra: la Revolución cubana.
Fayad Jamís, como parte de poetas de la “generación del 50”, al decir de Ángel Augier, también mostró a través de su lírica una ciudad, cual cúmulo de percepciones y sensaciones –parte de la propia vida– imposibles de olvidar. “No son artistas que se han detenido ante el paisaje para describirlo o dibujarlo por mero goce estético, sino espíritus creadores que se han sentido partícipes de la convulsa realidad donde alientan y sueñan y luchan, envueltos en la vorágine de la urbe, en su cotidiana agitación colectiva”.
EL ÓMNIBUS Y LA CIUDAD
(Fragmentos)
Las calles reverberan en la luz y el calor.
La ciudad es un mundo de espejos y de música.
Una mujer sube su enorme cuerpo y trata de sentarse.
Un obrero acomoda su caja de herramientas.
Una muchacha se queda en el pasillo como una hermosa lámpara oscura.
El rostro de la ciudad se ha ido haciendo y deshaciendo lentamente,
creciendo desde el mar. Un rostro tallado por la luz,
golpeado por el viento y la lluvia, y golpeado
por sueños innumerables y sangres innumerables.
Yo mismo he visto desaparecer los últimos tranvías,
como otros vieron los coches tirados por caballos
doblar en una esquina y perderse para siempre.
FUENTE: AUGIER, ÁNGEL: “LA POéTICA HABANA CIEN POEMAS”, COLECCIÓN SUR EDITORES, LA HABANA, 2018
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