
No siempre la inapropiada atención al público está asociada a problemas objetivos de la sociedad en el contexto actual relacionado con el déficit de energía eléctrica y combustible para transportación, o demoras en el arribo de las mercancías importadas, situaciones que ante el asedio y recrudecimiento del bloqueo de EE.UU. se suscitan, lo cual obstaculiza con creces el acceso temprano de la población a los productos contemplados en la canasta básica normada.
Se producen también afectaciones por inadecuada organización del trabajo, negligencias e indisciplinas en instalaciones de servicios, que mucho tienen que ver con problemas organizativos, y falta de control administrativo, o de supervisión.
Por ejemplo, históricamente, los establecimientos de comercio en general tienen horarios establecidos de apertura y cierre que no siempre se cumplen, igualmente ocurre con el tiempo de almuerzo o merienda de los trabajadores.
Hay sectores de servicio directo al público, mercados y puntos de ventas, los cuales a cualquier hora del día paralizan una cola para poder satisfacer sus perentorias necesidades, que sin dudas son indispensables. Lo que irrita y llama la atención a los usuarios no es el derecho del trabajador a disponer de un tiempo para su alimento, sino que no existe un previo aviso, cartel o señalización que indique el preciso momento para esos menesteres, y ello acontece a cualquier hora del día.
Se da el caso de unidades de servicios con varios dependientes, incluso también en farmacias ocurre, y sin embargo, no se establece una correcta rotación del personal para que puedan, paulatinamente, efectuar su refrigerio, sin necesidad de interrumpir abruptamente la prestación que brindan.
Estas situaciones se aprecian además en puntos de adquisición del módulo mensual de alimentos que expenden instalaciones de cadenas de tiendas a la cual acuden también decenas de ciudadanos que disponen de poco tiempo por la actividad que realizan en sus respectivos centros laborales.
Asimismo, se constatan en algunos barrios incongruencias con la llegada a los puntos donde expenden el pan normado diario. Hay personas que tienen que acudir en dos o tres ocasiones a esos lugares porque se acabó pronto en la mañana el pan asignado para los consumidores, es decir, no llegó completo el producto, y deben volver en horas de la tarde-noche para poder comprarlo, cuestión que crea malestar y daña particularmente a los ancianos y personas en situación de discapacidad que se ven precisados a regresar. A ello se suma la disparidad del peso de este, generalmente más pequeño de lo establecido.
Hay otros servicios que por estos días crean también preocupaciones. Vecinos con líneas telefónicas interrumpidas por más de una semana, luego de ruptura de cables; recientemente ocurrió un suceso como ese en zona del entorno de las calles Coco, Clavel y Ayestarán en el Cerro, con el paso de un camión que dejó sin servicio a decenas de usuarios, algunos de los cuales todavía continúan incomunicados.
Estos son solo algunos ejemplos de aspectos que afectan las prestaciones de servicios a la población, los cuales periódicamente pueden de una u otra forma, constatarse en cualquiera de las localidades de la ciudad.
Lo que se impone es mayor rigor en la observancia de lo establecido; cuestiones como estas no solo perjudican la imagen del sector, sino crean desfavorables estados de opinión en compatriotas por irresponsabilidades o mal manejo de lo establecido, y aunque sea de forma inconsciente estas acciones tributan como caldo de cultivo para los enemigos de la Revolución, que sistemáticamente tratan de distorsionar la realidad del país y fomentar descontento e inseguridad ciudadana.
De ahí lo significativo que resulta erradicar estas manifestaciones de impunidad ante lo incorrecto y evitar improvisaciones que no aporten satisfacción a los clientes, pues todo está regulado por los organismos competentes del comercio y los servicios.
Ver además:
En Cuba como en tantos paises del mundo existían instalaciones comerciales que trabajaban de manera ininterrumpida y estos no recesaban en horario de almuerzo, algo muy favorable para los usuarios o clientes y también para dueños de esas cadenas de tiendas y no hablo de maltratar a los trabajadores de esos establecimientos, hablo de establecer una disciplina que favorezca la satisfacción del cliente. Hoy por ejemplo Ud va a un correo y puede coincidir con el apagón programado y aunque tienen su grupo electrógeno funcionando no brindan todos los servicios, pero además si no pudo ser atentido antes de las 11 am, tendrá que esperar hasta pasada la 1 pm porque en ese intervalo no brindan servicio porque es horario de ahorro de energía. Cuánta energía se consumirá en enviar y/o recibir un giro, etc y sin embargo cuántas molestias se ocasionan al cliente (pueblo) por estas medidas absurdas e ilógicas?. Apaguen las luces y aires de oficinas adminitrativas de ese correo, pero la atención al público por qué?.
La Organización del Trabajo, es imprescindible para el éxito de cualquier actividad empresarial. Excelente análisis
También está el caso de cuentos de usuarios de ETECSA en santos Suárez y la víbora que llevamos meses sin teléfono fijo por cable y nadie da una respuesta a eso. Solo dicen que está reportado por cable y que hay que esperar. Somos usuarios de la planta de Monte. Oficina comercial de Juan delgado y Luis estevez.
Ojalá se haga algo al respecto,junto a la COVID llegó el empeoramiento del trato al cliente en cualquiera circunstancia,si pongo ejemplos no me alcanzaría esta página,lo que necesitamos es solucionar los viejos problemas que han empeorado,todos somos clientes en algún momento y desgraciadamente hemos vivido esa pésima experiencia,se hacen quejas y todo es una burla,se protejen unos a otros y nosotros,el pueblo sigue siendo maltratado y desprotegido,gracias.
Totalmente de acuerdo con el contenido, solo agregar el desastre con la entrega de pan normado, en Los Benavides y Compromiso es norma que el pan no alcance, los dos últimos domingos hubo que esperar en un caso hasta la 4 de la tarde y ayer hasta la 9 de la noche, muchos viejitos tienen que abandonar la cola, pasado el horario se vende liberado a 15 pesos. En Melones y Emma paran la cola para cuadrar la caja. No es control insuficiente por las autoridades, es absoluta falta de control