Foto: Elías Argudín Sánchez

Desde horas tempranas de este domingo 26 podía apreciarse el ir y venir de personas en las calles dirigiéndose a los Colegios Electorales de las localidades para elegir, de manera secreta y directa, a los diputados para la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Aquellos que con transparencia y objetividad (sin ceguera política, ni odio o toxicidad) han seguido el proceso pudieron constatar la amplia participación popular, así como la representatividad propuesta en las nominaciones para formar parte del Parlamento.

Cada territorio y estructura socio-económica de la sociedad tendrá diputados que trasmitirán las opiniones y preocupaciones de los electores, a la vez que propondrán soluciones a las problemáticas cotidianas, agudizadas en el contexto de pandemia de Covid, la crisis global y el criminal recrudecimiento del bloqueo a la Isla, ese que de forma oportunista y malévola intensificó Washington, contra este noble y solidario pueblo.

Cualesquiera que sean los resultados definitivos del proceso electoral, (aún en las tan complejas circunstancias actuales de perenne asedio) prevalecerá el amor a la Patria y a su independencia, al tiempo que los que resulten electos, los más capaces y preparados, sabrán vencer cada desafío y aportar con su sapiencia y experiencia al avance de la sostenibilidad alimentaria y económica integral del país. Ello resulta prioridad actual del Gobierno con la activa contribución de los trabajadores, campesinos, estudiantes, científicos, educadores, pueblo cubano en general, ese que precisamente está representado en la actual candidatura al Parlamento.

El nivel de consciencia adquirido por la población que cuenta con altos niveles de conocimientos y calificación profesional permite comprender la necesidad de defender las conquistas de la Revolución, esas que todavía son una quimera para muchas otras naciones que todavía carecen de acceso para todos a sistemas de Salud, Educación, Cultura, a prácticas de Deporte sano, y Seguridad Social, entre otras conquistas sustentadas por más de seis décadas en Cuba.

Existen muchos obstáculos y problemas por resolver, entre ellos alcanzar la soberanía alimentaria, disminuir importaciones en momentos que los mercados externos son casi inaccesibles por los altos precios, más aún para la Mayor de las Antillas cercada económica, comercial y financieramente. Hay que continuar incrementando el turismo, seguir apostando al desarrollo científico, diversificar y aumentar las exportaciones, los renglones de la cadena agroalimentaria, entre otros aspectos de interés económico.

También debemos mejorar cuestiones internas de organización y erradicar trabas burocráticas que aún se presentan en importantes servicios. Pero hacia ese camino está encaminada la nueva representatividad de la Asamblea Nacional que cuenta con segmentos poblacionales diversos; jóvenes, mujeres, cuadros de experiencia en la base y otros niveles, así como un considerable número de profesionales de diferentes ramas del saber los cuales han tenido resultados destacados, y entre los que se ubican de forma acentuada, los científicos y trabajadores de la Salud, cubanos.

Un elemento importante que no se aprecia en otros países y resulta una peculiaridad del proceso en la Isla, es que aquí no postula el Partido, ni hay diseminación de propaganda acompañada de sumas de dinero para llegar a diputado o Congresista como acontece en otros lugares. Solo la historia, biografía y fotos de los propuestos se divulga por los medios de comunicación, y cada nominado surge de la propuesta desde la base en reuniones de vecinos en los barrios o por las organizaciones sociales, como primera fase del proceso en marcha, hasta llegar a la máxima instancia, la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Una vez más Cuba vota por los más competentes y eficaces porque siempre lo Mejor es Posible, y la democracia participativa que practica se lo permite, y viabiliza.

Foto: Ricardo López Hevia

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