La prensa en Cuba tiene un reto significativo en la manera de informar con transparencia y objetividad la realidad de la Isla, hoy tan distorsionada en el mundo globalizado con prevalencia de transnacionales de la comunicación, fundamentalmente occidentales, que responden a intereses oligárquicos y contrarios a las perentorias necesidades y realidades de los pueblos.
Ante los colosales desafíos contemporáneos, los medios de información en la Mayor de las Antillas precisan de urgentes transformaciones tecnológicas y mejores condiciones para el accionar de los trabajadores del gremio.
Hay comprensión del daño causado al sector por el asedio perenne (bloqueo económico, comercial y financiero) orquestado y recrudecido desde Washington, que limita con creces recursos básicos para la alimentación y salud de los cubanos e incide además en la fluidez de la vida cotidiana de la sociedad y por ende en la adquisición de equipamientos para el fortalecimiento del gremio periodístico, el cual requiere de importantes inversiones.
Sin embargo, aún en las complejas condiciones actuales no cesa la labor incesante de los medios públicos del país, los cuales ofrecen la posibilidad de conocer la verdad de los acontecimientos que a diario se suscitan en la mayor de las Antillas. Ello se contrapone al grado de desinformación que provocan las campañas mediáticas y de odio presentes en redes sociales y otros servidores de los entes más ultrareaccionarios del sur de los EE.UU., inmersos en promover el terror y la desarticulación de la Revolución y sus conquistas.
Mientras a lo largo y ancho del territorio nacional se fomenta la producción agroalimentaria, la innovación industrial, científica, el turismo, y muchos otros indicadores que tributan al desarrollo y actualización del modelo socialista del país, desde el exterior, patrocinado con fuerte inyección financiera por ignominiosas vías y con distintos pretextos, se intenta desvirtuar las transformaciones estructurales erigidas en la economía cubana, cada vez más diversificada, y en busca de mayores potencialidades en sus diferentes frentes.
Por vez primera Cuba trabaja en un proyecto de Ley de Comunicación Social que está atemperada al momento actual y el cual no tiene precedente en la nación. Esta tiene el propósito también de fortalecer los medios públicos, pero en función de los más genuinos intereses del pueblo, sin burocratismo ni dilación informativa.
De esta manera, en un contexto convulso plegado de complejidades y también de falacias contra el proceso revolucionario, la prensa en estrecho contacto y unidad con la población tiene el desafío de dar a conocer la verdad, y contrarrestar la infamia de quienes la omiten o manipulan por responder a corrientes de pensamiento obsoletos y mal intencionados.
Los periodistas más antiguos y experimentados cohesionados con la nueva generación cada vez más calificada y con amplio dominio de novedosas técnicas, entre estas las digitales, puede en cada rincón, comunidad y localidad del país sustentar la batalla por la veracidad de los sucesos, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Y los cubanos, donde quiera que se encuentren tienen el deber y el compromiso de defender a su Patria, (no pecar de ingenuos ni dejarse arrastrar o confundir por cantos de sirena y lectura de textos en redes nada confiables) de contrastar las fuentes informativas, sobre todo las que en cantidades colosales genera Internet, y cuales no siempre son instructivas o pedagógicas, y aportan al acervo cultural de los ciudadanos. Lamentablemente muchas veces son utilizadas malévolamente por personas sin escrúpulos ni ética alguna los cuales ofrecen datos tóxicos que solo enfermos de odio y resentimiento, pueden concebir.
En el mundo contemporáneo cualquier ser humano puede tener ideas y formas de pensar diferentes, de hecho ese es el comportamiento existente en todo el Universo en esta época de civilización. Pero debe imponerse el respeto y la cordura en cualquier relación o vínculo social, ante los desatinos y las prácticas de violencia de aquellos que casi siempre por frustración personal deciden dañar la armonía de los demás; entre familias, amigos, y compatriotas, sobre todo, son los que intentan quebrantar la paz, institucionalidad y soberanía de las naciones.

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